domingo, 31 de marzo de 2013

MOTORHEAD

Para seguir las raíces y evolución de esta banda quizá sea mejor empezar hablando de la vida de Ian Frasier Kilmister. Mr. Kilmister nació en Stoke-On-Trent (Staffordshire, Inglaterra) el 24 de diciembre de 1945, hijo de un sacerdote que abandonó a su familia cuando Ian solo tenía tres meses. Lemmy (apodado así por su insistencia al pedir algo de dinero: “lend me a fiver”...) pronto descubriría el rock'n'roll gracias a Little Richard, Elvis, The Beatles, The Rolling Stones, MC5... Fascinado ante esa nueva música, pronto empezó a tocar la guitarra en diversas bandas de R&B de ámbito local (The Rainmakers, Motown Sect), consiguiendo grabar en alguna banda de mayor nivel como The Rockin’ Vicars. En este tiempo también sería “roadie” de un guitarrista que pasaría a la historia de la música moderna, Jimmy Hendrix.
Su primera gran oportunidad llegó en 1971 cuando ingresó en la famosa banda de rock psicodélico (o rock espacial como a ellos les gustaba denominarse) Hawkwind, aunque por las circunstancias del momento tuvo que cambiar su instrumento habitual, la guitarra, por un bajo, instrumento que seguirá tocando durante toda su carrera con ese estilo tan personal y a la vez salvaje. Con Hawkwind grabó discos como “Space ritual”, “Hall of the mountain grill” o “Warrior on the edge of time”, cosechando grandes éxitos de critica y publico, y llegando a firmar un contrato con Atlantic Records. Desgraciadamente, las relaciones entre Lemmy y el resto de la banda no parecían ser del todo buenas, y cuando Lemmy fue detenido en la frontera de Canadá, camino de Toronto, por posesión de anfetaminas (realmente las autoridades pensaban que se trataba de cocaína) la banda aprovechó para despedirle.
Lemmy se encontraba otra vez sin banda, por lo que decidió formar la suya propia. Su primera opción como nombre fue Bastard, pero su manager de entonces, Douglas Smith, le convenció para cambiárselo, optando por el que todos conocemos, Motörhead, equivalente americano de la palabra inglesa “speed freak”... muy acertado teniendo en cuenta las circunstancias que le obligaron a abandonar su anterior banda. Lemmy tenía muy claro lo que quería hacer, tal como expresó a la prensa de la época: “Seremos la banda de rock n roll más sucia del mundo. ¡Si nos trasladáramos al lado de tu casa tus plantas morirían!”.
Los primeros compañeros de fatigas de Lemmy fueron Lucas Fox en la batería y el ex-Pink Fairies Larry Wallis como guitarrista. El primer show (en el Chalkfarm Roundhouse de Londres, el 20 de julio de 1975) resultó un completo desastre, como tampoco fue especialmente bueno el concierto que ofrecieron en el Hammersmith Odeon como teloneros de Blue Oyster Cult. La prensa musical pronto los crucificó denominándolos como “la peor banda del planeta”. Aun así el grupo siguió adelante (gracias a una base de fans cada vez más amplia) y entre diciembre de 1975 y enero de 1976 grabaron un disco para United Artist, con un cambio en el line-up, ya que tras la batería esta vez se sentaba un hombre clave en la historia de Motörhead, Phil “Philty Animal” Taylor, un amigo de Lemmy sin experiencia profesional en el mundo de la música pero que aportaría a la base rítmica una personalidad y contundencia únicas.
Lamentablemente, a United Artist no pareció agradarle mucho el resultado final, y “On Parole” no vería la luz (por el momento). La banda estaba realmente desanimada, a punto de disolver el grupo y dedicarse a otra cosa. No obstante, la inclusión como guitarrista de Eddie “Fast” Clarke traería nuevos aires al grupo, y como ya veremos, este hombre también será clave en el auge de Motörhead al superestrellato. Larry Wallis dejaría la banda poco después, estableciendo la formación más clásica y famosa de la banda: Lemmy, Eddie y Taylor.
En verano de 1976 contactaron con Stiff Records, que les ofreció grabarles un single. Dicho y hecho, Lemmy y compañía pronto grabaron un sencillo conteniendo “White line fever” y la versión de Tamla Motown “Leavin’ here”. La mala fortuna continuó cebándose con el grupo, pues United Artist impidió la edición del sencillo (aun tenían un contrato vigente, pese a que no quería editar nada del grupo), y la grabación no vería la luz, teniendo el honor de ser el único single en la historia de la música que salió al mercado directamente como reedición. De todas maneras el single sí salió en Europa, así como en diversos piratas y recopilaciones, creciendo ligeramente la popularidad del grupo.
La situación era realmente mala, y la banda estaba al borde de la disolución, pactando con Chiswick Records la grabación de un directo como punto y final de la trayectoria de la banda. La compañía decidió apostar por ellos, y les propusieron editar un nuevo single. Cuando los responsables de la compañía fueron a supervisar la grabación del sencillo, se encontraron con que la banda prácticamente había grabado un disco completo, por lo que se decidió editarlo. Así, tras un breve tour teloneando a Hawkwind, y libres de ataduras con UA, salió a la luz en 1977 “Motörhead”, un álbum que ya indicaba hacia donde iba la banda, un acelerado rock'n'roll sucio y ruidoso, aunque con ciertos retazos psicodélicos heredados de Hawkwind. El disco contenía un par de temas que Lemmy escribió para su anterior banda (“Motörhead” y “The watcher”, muy diferentes a las versiones originales) y dos versiones, la ya citada “Leavin’ here” y el clásico de Yardbirds “Train kept a rollin”. La portada de disco corrió a cargo de Joe Petagno, creando según indicaciones de Lemmy el famoso “war pig” (también llamado por la banda Snagletooth) que desde entonces adorna la mayoría de las portadas del grupo. El disco funcionó bien, llegando al número 37 de los “charts”. Desgraciadamente el inminente tour se tuvo que cancelar cuando Taylor se rompió la muñeca en una pelea, impidiendo que el disco llegará a cotas mayores.
Las cosas pintaban mejor, y en 1978 dieron multitud de conciertos por toda Inglaterra y ficharon por la poderosa Bronze Records, editando el single “Tear ya down” / “Louie Louie”, que llegó al puesto 68 de la lista de ventas, apareciendo en el celebre programa “Top Of The Pops” para promocionarlo. En diciembre de 1978 entrarían otra vez al estudio... para empezar a hacer historia.
“Overkill” (grabado en los Roundhouse Studios de la mano de Jimmy Miller) demostraba todo el poder que tenía dentro el trío. Desde los primeros segundos protagonizados por el doble bombo de Philty, todo el disco es una explosión de fuerza. Cada riff de Eddie, cada grito de Lemmy, todo, absolutamente todo, es perfecto en este disco. Además destaca el buen hacer de Lemmy con las letras, lo cual será común en cada lanzamiento de Motörhead. La revista Sounds lo calificó con 5 estrellas y llegó al puesto 24 de los “charts”, todo un éxito. Hoy en día aun es considerado como uno de los mejores discos de la banda, y temas como “Overkill”, “No class” o “Metropolis” aun perduran en el set de la banda tras más de 20 años, toda una prueba de su vigencia. La edición del álbum fue seguida de un intenso tour (con Girlschool como abriendo los conciertos), girando por Europa por primera vez, con algún que otro sobresalto, como cuando fueron detenidos en el aeropuerto de Helsinki por destrozar un equipo completo de altavoces en un festival.
Tras otro single (“No class” / “Like a nightmare”) otro bombazo sacudió Inglaterra pocos meses tras la edición de “Overkill”, y nunca mejor dicho... “Bomber” (también producido por Jimmy Miller) era la confirmación de que Motörhead era una de las mejores bandas de Inglaterra. Un poco más pausado que el anterior, este álbum contenía otra colección de grandísimos temas para ampliar el currículum de la banda... “Dead men tell no tales”, “All the aces”, “Stone dead forever”, “Poison” (con un “recado” especialmente duro de Lemmy a su padre), “Step down” (cantada por Fast Eddie) y por supuesto “Bomber”, que se convertiría de inmediato en otro clásico de la banda. El disco vendió más que su predecesor, llegando al número 12 de las listas. “The Bomber Tour”, con Saxon como teloneros, traía una novedad visual muy atractiva: un gigantesco bombardero alemán Heinkel III que sobrevolaba el escenario al final de cada concierto, mientras las sirenas anunciaban un inminente bombardeo. Esto, unido al monstruoso volumen de la banda, hacía de cada concierto de Motörhead una experiencia única. Afortunadamente hoy en día los shows siguen siendo igual de potentes, aunque ya hablaremos de eso más tarde.
Aprovechando el enorme tirón de la banda, United Artist aprovechó en la primera semana de la gira para lanzar “On parole”, el disco que habían rechazado tan solo tres años antes. Aunque la banda no estaba muy de acuerdo con tal lanzamiento (ciertamente le faltaba calidad) no se podía hacer nada por evitarlo. Entre gira y gira aprovecharon para grabar otra vez, esta vez colaborando junto a la banda punk The Damned, grabando la versión de The Sweet “Ballroom blitz” y "Over the top". Casi al mismo tiempo también salió otro single conteniendo “Bomber” y “Over the top”, en una versión diferente a la anterior.
Tras el EP “The golden years” (una pequeña recopilación de temas en directo, muy bien recibida por los fans), ya en 1980 saldría un disco que haría temblar los cimientos de la escena musical inglesa: “Ace of spades”. Uno de esos discos que se tornan clásicos desde el primer día. Tras la portada en la que por primera vez sale una foto de la banda, vestidos como forajidos del Far West en algún inhóspito desierto de Arizona (realmente la foto fue tomada en una cantera de Londres), se esconden doce temas que dejaron en estado de shock a toda una generación de headbangers. Sin duda, Motörhead ya era la banda más ruidosa del planeta, y gracias a la perfecta producción de Vic Maile, ahora eran más ruidosos todavía. Una combinación perfecta de velocidad, grandes temas, estribillos inolvidables... el tema que da título al disco, “Ace of spades”, se convirtió enseguida en el tema más emblemático de la banda (aún hoy lo es pese a la poca simpatía que Lemmy profesa por esta canción), dos minutos y medio de descomunal orgía sonora, y uno de los temas más famosos del rock inglés. Y no se queda solo en esto: "(We are) The road crew", "Shoot you in the back", "The hammer"... una delicia. Evidentemente, el éxito del disco fue poco menos que extraordinario, alcanzando el cuarto puesto de las listas de ventas, mientras que el single conteniendo el tema titulo alcanzó el decimoquinto lugar.
El “Ace Up Your Sleeve our” (con Weapon como acompañantes) comenzó en Octubre y recorrió medio mundo, aunque la gira Europea tuvo que ser pospuesta cuando Phil Taylor se rompió tres vértebras al caerse por una escalera, y saltando el charco hacia los Estados Unidos abriendo los shows para Ozzy Osbourne en la gira del aclamado “Blizzard of Ozz”.
Si 1980 significó éxito y más éxito, lo de 1981 ya no tenía nombre. El 13 de febrero sale a la venta el EP “The St. Valentines day massacre EP”, una colaboración entre la banda y Girlschool versioneando el viejo clásico de 1959 de Johnny Kidd And The Pirates “Please don’t touch”, además de una interpretación de “Bomber” por Girlschool, y otra de “Emergency” por Motörhead (estos temas pueden encontrarse en la reedición en CD remasterizada de “Ace of spades”, además de en el recopilatorio lanzado en el 2000 “The best of Motörhead”). El EP vendió la nada despreciable cifra de 50.000 copias, pero lo mejor estaba por llegar.
Grabando algunos shows (Leeds, Nottimghan, Newcastle, siendo las bandas abridoras Tank, The Raiders y los franceses Trust) la banda, debido a la presión de Bronze, accede a grabar un disco en directo. “No sleep til’ Hammersmith” resultaría en uno de los mejores discos en directo jamás grabados, demostrando que donde de verdad se aprecia todo lo que Motörhead puede ofrecer es sobre un escenario. Impresionantes versiones en vivo de una selección de algunos de los mejores temas de la banda (donde extrañamente solo hay dos representantes de “Ace of spades”) incluyendo alguna vieja canción poco conocida como regalo a sus fans, como “Iron horse – Born to lose”. El disco salió directamente como numero 1 en las listas de ventas británicas. Simplemente un disco en directo imprescindible.
Más y más conciertos siguieron a la edición del directo, en una gira de pabellones y grandes recintos (liderando festivales como el Heavy Metal Holocaust, por encima de Ozzy, Triumph y Riot), pasando por primera vez por España (13, 14 y 16 de Diciembre, en San Sebastián, Barcelona y Madrid, respectivamente, los tres en pabellones de baloncesto). A estas alturas ya nadie podía negar que Motörhead era uno de los máximos exponentes de la nueva ola de bandas de Heavy Metal que surgía en Inglaterra. Lemmy, sin embargo, rechazaba fervientemente esa etiqueta, manteniendo firmemente que tenía mas en común con MC5 y The Stooges que con Black Sabbath y Judas Priest. Realmente, Motörhead fue una de las pocas bandas que consiguió romper con las barreras impuestas con los estilos, consiguiendo seguidores a partes iguales entre heavies, punks y rockers.
En enero de 1982 la banda se metió otra vez en el estudio. Para el siguiente disco la producción corrió a cargo de Eddie Clarke (que ya había hecho algunos pinitos como productor con Tank), lo cual no fue una buena elección, ya que el trabajo de guitarras resultó claramente inferior, mientras que la producción quedó deslucida, sin esa chispa de vitalidad que destacaba en anteriores trabajos. “Iron fist” era un trabajo decente, pero donde se aprecia que la espontaneidad y energía de “Ace of spades” se perdieron en algún lugar del estudio. No obstante, el disco funcionó bastante bien, vendiendo más de 60.000 copias en el Reino Unido. Pero en el seno de la banda las cosas estaban calientes. Las relaciones entre Lemmy y Eddie Clarke no eran precisamente buenas, lo cual repercutió seriamente en el nivel de los conciertos. Finalmente, y tras una fuerte discusión por la decisión de Lemmy de colaborar con la cantante de The Plasmatics, Wendy O’ Williams, Eddie dejaría el grupo. La última actuación con la banda sería el 14 de mayo de 1982, en el Palladium de Nueva York. Dos días antes se había grabado el celebre vídeo “Live in Toronto”. Eddie seguiría cosechando éxitos en el futuro con su propia banda, Fastway.
Hacía falta un sustituto, y el elegido para el puesto fue Brian Robertson (otro nombre que sonó bastante fuerte fue el de Lips de los canadienses Anvil), uno de los héroes de Philty por su gran trabajo en Thin Lizzy. Brian se encargó de acabar la gira, y se quedó con la banda para grabar su siguiente álbum.
“Another perfect day” supuso toda una revolución en el sonido del grupo, una bocanada de aire fresco que como ya veremos se vio truncada por factores extra-musicales. El disco es una maravilla, consiguiendo lo que parecía imposible, combinar a la perfección en un disco de Motörhead fuerza y melodía. Brian era un guitarrista mucho más melódico que Eddie, consiguiendo unos resultados sorprendentes en canciones como “Shine”, “I got mine” o “One track mind”. De la producción se encargo Tony Platt, que llegaba de trabajar con AC/DC, consiguiendo un sonido mucho más limpio que en los anteriores trabajos de la banda.
Desgraciadamente los seguidores del grupo no aceptaron a Robertson. Su indumentaria para los directos (pelo corto, mallas, zapatillas de ballet) sentó como un tiro al motorheadbanger medio. Lemmy y Philty no le dieron mayor importancia, pero había dos problemas bastante más graves: el primero, su afición a la bebida un tanto mayor de lo normal (años más tarde Brian declararía que fueron sus ex-compañeros quienes le arrastraron al alcoholismo); el segundo, su negativa a tocar clásicos como “Bomber”, “Overkill” o “Ace of spades” (según las malas lenguas, para evitar comparaciones con Clarke). Los set-lists del grupo contenían casi todos los temas del nuevo disco, canciones no muy conocidas de títulos anteriores como “(Don’t need) Religion” o “Iron horse” (que sonaban irreconocibles con el exceso de efectos de Robbo) y alguna versión como “Hoochie coochie man” con interminables solos (las grabaciones en vivo más interesantes de este periodo son los piratas semi-oficiales “Live at the King Biscuit Flower Hour” y “Live 1983”). Cuando en una convención de motoristas en Hackney Robertson se negó en el mismo escenario a tocar “Bomber”, firmó su sentencia de muerte. Poco después estaba fuera del grupo.
Otra vez sin guitarrista, y otra vez a buscar a alguien que ocupara el puesto. Tras una serie de audiciones quedaron dos pretendientes: Mick Burston, más conocido como Wurzel, del circuito londinense de bandas locales y Phillip Campbell, un galés que venía de tocar con Persian Risk. Finalmente los dos fueron elegidos. Motörhead era ahora un cuarteto.
El recién estrenado cuarteto duró poco. Tras una celebre aparición en un episodio de la conocida serie británica “The young ones” (el episodio en cuestión es el más famoso de la serie, con reposiciones regulares en la televisión británica), Lemmy y Philty tienen una pelea, abandonando Philty inmediatamente la banda (Taylor se uniría posteriormente al también huido Robertson en un proyecto llamado Operator). Su lugar es ocupado por Pete Gill, ex-batería de Saxon. La discográfica, Bronze, decidió editar un recopilatorio para dar tiempo a la banda a grabar un nuevo disco. En un momento en el que la popularidad del grupo estaba realmente baja. “No remorse” (con carpeta de cuero en la primera tirada) funcionó de maravilla para que el bombardero pudiese remontar otra vez el vuelo. Aparte de estar repleto de los viejos hits del grupo, contenía cuatro temas nuevos entre los que se encuentra uno que virtualmente será el culpable de la resurrección del grupo: “Killed by death”. Un tema buenísimo mucho más cercano al heavy metal de la época que al rock'n'roll donde se demuestra que los cambios no habían hecho mella en el seno de la banda, al contrario, era más fuerte que nunca. La nueva formación había cumplido por el momento en el estudio, solo faltaba pasar el examen final... el directo. El resultado no pudo ser más contundente, los nuevos Motörhead arrasaban con todo en el escenario como nunca lo habían hecho. Los dos nuevos guitarristas aportaron una increíble fuerza al grupo, complementándose a la perfección: Campbell era el más melódico de los dos (tampoco demasiado, teniendo en cuenta la banda de la que estamos hablando) y Wurzel... Wurzel era Motörhead en estado puro, el compañero perfecto de Lemmy. El único que no destacaba en demasía era Pete Gill, cuya labor era correcta pero no podía competir con el carismático Taylor. Para celebrar el décimo aniversario de historia se grabaron dos shows celebrados en el Hammersmith Odeon el 28 y 29 de junio de 1985, abarrotado los dos días, editado en vídeo y LP bajo el título “The birthday party”. El público estaba otra vez con la banda, y ésta era más poderosa que nunca. Debido a problemas legales con el sello que les impedían sacar otro disco, nuestros hombres se dedicaron todo el año a girar por todo el mundo, en ocasiones bajo el nombre de “Iron Fist And The Hordes From Hell”.
1986 trajo consigo un cambio de sello, firmando un contrato con GWR, compañía formada con la ayuda de Doug Smith, manager del grupo. Bill Laswell se encargó de los controles de la grabación, realizada en los estudios Master Rock de Londres. Aunque la relación de Lemmy con Laswell no fue precisamente buena, el plástico que salió de esas sesiones era una joya, otro clásico de la discografía de Motörhead. “Orgasmatron” es, sin duda, uno de los mejores discos de la banda, con un sonido áspero y sucio que recuerda a los primeros lanzamientos del grupo. Los temas, sin embargo, seguían la línea de los aparecidos en “No remorse” y se alejaban un poco más del más puro sonido rockero, acercándose más al heavy metal y a la nueva vertiente que había aparecido hace poco, altamente influenciada por el éxito de “Overkil”, “Ace of spades” y “No sleep til’ Hammersmith”, el thrash metal. El tema que inicia el disco, “Deaf forever” (sordos para siempre), es toda una declaración de intenciones, sucedido de más cañonazos como “Nothing up my sleeve”, “Dr. Rock” o el tema que da título al disco, con una de las mejores letras que Lemmy haya escrito jamás acompañado de una tremenda atmósfera oscura y opresiva, fijo desde entonces en el set-list de la banda. Evidentemente a la edición del disco le siguió otro tour (que volvió a pasar por España, Madrid, Barcelona y San Sebastián fueron otra vez las ciudades afortunadas), actuando en el prestigioso festival de Donington, junto con Warlock, Bad News, Def Leppard, Scorpions y Ozzy Osbourne, un cartel de autentico lujo.
Ya en 1987, y casi sin tiempo para descansar el grupo graba un tema para la película “Eat the rich”, del mismo título, con Lemmy actuando en la película interpretando a una especie de mafioso llamado Spider, rodando además un video clip aderezado con tomas del film. Esta grabación traía una grata sorpresa: Philty Animal Taylor se sentaba otra vez tras los parches, sustituyendo a Pete Gill. Acto seguido se metieron en el estudio para grabar otro álbum. Desgraciadamente sólo tenían dos semanas para grabarlo y no muchos medios, y el nuevo trabajo, titulado simplemente “Rock'n'Roll” se quedó a medias. No era un mal disco pero podía haber sido mucho mejor. Los nuevos temas se alejaban de la brutalidad de “Orgasmatron” y tenían un aire mucho más rockero (como ya vaticinaba el título del disco), destacando temas como “Rock'n'Roll”, “Stone deaf in the USA” o la anteriormente citada “Eat the rich”. Desgraciadamente la pobre producción deslució mucho este nuevo trabajo. Tras la edición del disco, ya en 1988, la banda vuelve a girar, acompañando a Alice Cooper en su tour americano y después encabezando su propio tour con Slayer como abridores. Lemmy también se dedicaría a colaborar con Lita Ford en su disco “Lita”, coescribiendo la canción “Can’t catch me” y otra vez con Girlschool, escribiendo esta vez “Head over wheels”. Por si fuera poco, también aparece en el documental “The decline of Western Civilization Part II: The Metal years”.
Tras la gira se pensó en editar un nuevo disco en directo. Aunque la idea de Kilmister y sus compañeros era la de sacar a la venta el show grabado en Brixton el año anterior, finalmente la compañía en una decisión de última hora editó el concierto del “Giants of Rock” finlandés, con un sonido bastante inferior (finalmente “Live at Brixton” fue reeditado en 1994). Aun así “No sleep at a ll”, como se tituló este directo, es una buena muestra del buen hacer de Motörhead, que tras la entrada de los dos nuevos guitarristas tocaban más rápido, más fuerte y más agresivamente si cabe que antes. Llaman la atención el trepidante inicio con “Dr. Rock”, la buenísima interpretación del “Just ‘cos you got the power” (que sólo podía encontrarse como cara-B del single “Eat the rich”), incluyendo uno de los mejores solos de Campbell en el grupo, o el clásico “Killed by death”. Pese a que la ejecución de los temas es perfecta, el sonido no hace justicia a la banda y resta fuerza al conjunto de este “No sleep at all”.
Los problemas con GWR impidieron la salida de ningún otro álbum hasta ya entrados los 90, por lo que aprovecharían para girar y visitar lugares donde aun no habían comprobado como se las gastaba esta banda como Brasil o Yugoslavia. Finalmente se resolvieron los problemas con la compañía, abandonando esta, y abriendo otra etapa en el grupo...
En 1990 Motörhead ficha por la todopoderosa WTG – Sony, consiguiendo su primer contrato con una multinacional desde la formación del disco (dejando aparte la etapa con United Artist, tan breve como infructuosa). Lemmy por su parte se traslada a Los Ángeles, cansado de la forma de vida inglesa (y de que Motörhead no tenga un reconocimiento mayor). Algunas voces hablan de la nueva cara “más comercial” del grupo, pero cuando en 1991 sale “1916”, la crítica es unánime; un nuevo triunfo más, según más de uno, la mejor colección de canciones del grupo desde aquel lejano “Ace of spades”. “1916” es un disco lleno de grandiosos temas, casi sin altibajos, y más variado que sus predecesores; incluyendo durísimos cortes como “Make my day” o “The one to sing the blues”, rocks vacilones (“Angel city”, “I’m so bad (Baby I don’t care”), así como un especial tributo a sus amigos The Ramones en forma de un rabioso punk rock titulado "R.A.M.O.N.E.S." (y que los mismos neoyorkinos se encargaron de versionear). Es digno de mención el último corte, “1916”, una preciosa balada con una emotiva letra basada en la batalla de Somme, durante la I Gran Guerra, con un trabajo de teclados y cello realmente bueno, toda una novedad para los seguidores de la banda. Esta canción, como muchas otras de su discografía, es una clara muestra del interés de Lemmy por la historia militar, llegando a reunir a lo largo de los años la quinta mayor colección de Estados Unidos de objetos de la Segunda Guerra Mundial.
“1916” funciona excelentemente, y como es de costumbre a la edición de éste le sigue otro maratoniano tour, esta vez embarcados dentro del espectáculo “Operation Rock'n'Roll”, junto con Judas Priest y Alice Cooper. De los conciertos alemanes se aprovecha para grabar un vídeo en directo, curiosamente filmado en blanco y negro, con divertidos comentarios de los integrantes de la banda e imágenes de su vida en la carretera, y plagado por supuesto de un buen puñado de temas, principalmente de su último trabajo. El invento sería bautizado como “Everything louder than everything else”. Sin embargo, en la trastienda las cosas no iban tan bien, y la banda sufre un continuo vaivén de managers, existiendo también problemas entre los componentes del grupo. Cuando la prensa preguntó a Lemmy por qué “Overkill” ya no estaba en el set-list de la gira éste contestó “las piernas de Philty ya no son lo que eran, sencillamente no puede tocarla”. Paralelamente a la actividad del grupo, Lemmy escribe las letras de cuatro temas del nuevo disco de Ozzy, “No more tears”.
1992 no empezó nada mal. Motörhead eran nominados para los premios Grammy en la categoría de “mejor disco de metal”, aunque finalmente el premio fue hacia los californianos Metallica. Poco después entraban otra vez en el estudio para grabar otro LP.
La grabación del siguiente disco estuvo llena de tensión. Por una parte por culpa de la compañía, que quería controlar más al grupo, y por otra por parte de Philty Taylor, poco motivado en la grabación del nuevo disco. Al poco tiempo de empezar la grabación, Phil Taylor fue expulsado de nuevo de Motörhead. Como recambió de emergencia se fichó a Tommy Aldrige, que grabó todas las baterías de la nueva obra (aunque en las fotos interiores de la carpeta sale Mikkey Dee, éste no grabó nada). “March or die”, como fue titulado el nuevo capítulo de esta larga historia, era realmente una decepción (empezando por la portada, la primera en muchos años no realizada por Petagno, realmente mala), sin duda uno de los discos más flojos de la banda. Sigue la estela de “1916” en cuanto a sonido, pero sin la vitalidad que aquel poseía. Aun así hay temas realmente buenos como “Stand”, la preciosa balada cantada a medias entre Lemmy y Ozzy “I ain’t no nice guy after all” o la bluesy “You better run” (estas dos últimas con solos del ex-gunner Slash), pero en general, el mal ambiente vivido en el estudio se transmitió al disco. Además, “Hellraiser” fue incluida en la B.S.O. de la película de terror “Hellraiser III”, junto con “Hell on Earth”, canción que no fue incluida en el disco.
Finalmente, para ocupar la plaza abandonada por Philty entró como miembro permanente el sueco Mikkey Dee, a quien ya se le ofreció el puesto en 1985. Su currículum no era nada despreciable, ya que había formado parte de King Diamond y Dokken. Su estreno con la banda inglesa fue el 30 de agosto de 1992 en Saratoga, y aunque cuentan las crónicas que Mikkey no estuvo muy afortunado (tuvo muy poco tiempo para ensayar) pronto dejó claro que venía para quedarse... Mikkey era el batería perfecto para Motörhead, potentísimo, capaz de impregnarle a los temas rápidos una agresividad adicional y muchísimo más técnico que los anteriores baterías. La gira transcurriría bien, destacando unos cuantos shows en los que Motörhead telonearía a dos bandas que reconocían la influencia del grupo sobre su música: Guns N'Roses y Metallica. Sin embargo, lamentable e inexplicablemente, son expulsados de Sony. La fatídica historia se volvía a repetir...
Esta vez el bache era importante. De estar en una multinacional a estar prácticamente “en la calle”. Finalmente graban su nuevo disco por sus propios medios, recurriendo para la distribución a ZYX, una compañía alemana de música techno. Aunque fueron aconsejados por muchas partes para que declinaran la oferta, ésta era buena y la banda aceptó. Fue un grave error, más grave teniendo en cuenta el tremendo discazo que había salido de esas sesiones llenas de rabia. Si “Bastards” (1993, producido por Howard Benson, significando además el retorno de Joe Petagno como ilustrador) hubiera tenido una promoción similar a los dos anteriores discos, se hubiera convertido inmediatamente en un nuevo clásico de los ingleses. Perfecto de principio a fin, sencillamente. Mikkey Dee estaba ya plenamente integrado y aportó las baterías más brillantes que se hayan oído en un disco de Motörhead. Los riffs de Phil y Wurzel se acercaban más que nunca al thrash que tanto habían influido. La tripleta inicial “On your feet or on your knees”, “Burner” y “Death or glory” deja noqueado a cualquiera, mientras que “Devils” o “We bring the shake” abrían nuevas vías en el sonido de los Bastardos, con ambientes oníricos y mágicos presumiblemente difíciles de imaginar en la banda de Lemmy. El single “Born to raise hell” (canción que en un principio Lemmy escribió para la banda alemana Skew Siskin) sonó insistentemente en las radios con programas dedicados al rock... pero “Bastards” era prácticamente imposible de encontrar fuera de Alemania, llegando al resto del mundo de importación, lo cual truncó cualquier esperanza de éxito. Aun así, Motörhead en vivo aun era una fuerza viva y reconocida, y el tour funcionó bastante bien, incluyendo unos cuantos conciertos junto a Black Sabbath y otro co-liderando junto a The Ramones un estupendo espectáculo de rock'n'roll frente a nada menos que 45.000 fans en Buenos Aires. También se grabó una versión alternativa de “Born to raise hell” con Ice-T y Whitfield Crane (ex-Ugly Kid Joe, actualmente en Medication) en las voces para la banda sonora de la película “Airheads” (que a España llegó como “Cabezas huecas”), donde Lemmy aparece diciendo una frase.
El grupo aún no tenía sello en los Estados Unidos pero esto no les impidió meterse en el estudio para editar otro disco, esta vez con el sello alemán Steamhammer - SPV (con el que continúan hoy en día). El resultado de estas sesiones surgió en 1995 bajo el titulo de “Sacrifice”, que constituye otro triunfo en la dilatada carrera del grupo. Otro excelente disco, quizá el más agresivo hasta la fecha. Gracias a la producción de Howard Benson, el sonido conseguido era aplastante, realmente demoledor, además de plenamente renovado. “Sacrifice” incluye canciones realmente originales y bastante alejadas del estándar del grupo como la genial “Make'em die” (con un soberbio trabajo de Dee), “Sacrifice” y su infernal ritmo o “Order / Fade to black”, acompañado de algunos rocks más clásicos como “Sex or death” o “Don’t waste your time”. Destaca por otra parte la poca participación de Wurzel, que sólo firma los solos de dos temas. Pronto se sabría la razón. Wurzel ya está cansado de estar en una banda de rock, prefiriendo estar más tiempo con su familia, abandonando Motörhead justo al finalizar la grabación de “Sacrifice”, que por cierto saldría en los Estados Unidos de la mano de CMC.
La baja de Wurzel era realmente seria, ya que era un guitarrista perfectamente acoplado a Motörhead, además de ser muy querido por los fans. Quizá por eso Lemmy, Phil y Mikkey decidieron no sustituirle, por lo que a partir de ese momento Motörhead volvía a ser un trío después de once largos años. Por su parte Wurzel abandonaría casi por completo la música, uniéndose más tarde a algún que otro proyecto (Warhead) y bandas locales de punk y rock. En 1997 lanzó un disco en solitario de música ambiental, “Chill Out Or Die”, muy alejado de los parámetros heavy metaleros. Parece ser que su salida del grupo provocó más de una discusión (con Lemmy principalmente) y nunca ha vuelto a aparecer sobre el escenario con Motörhead en aniversarios o eventos parecidos.
La gira transcurrió perfectamente (acompañando durante un buen numero de fechas a Black Sabbath - entonces con Tony Martin, Iommy, Cozy Powell y Neil Murray - ). El nuevo trío era tan potente como siempre y la baja de Wurzel resultó menos dramática de lo esperado. Tras la gira, los recién cumplidos 50 años de Lemmy fueron celebrados por todo lo alto con una gran fiesta en Los Ángeles, donde los mismísimos Metallica (disfrazados todos bastante cómicamente de Lemmy) tocaron un reducido set de clásicos de la banda de Lemmy (“Overkill”, “Damage case”, “Stone dead forever” y “Too late too late”; estas grabaciones se pueden encontrar en diversos singles de Metallica así como en su disco “Garage Inc.”), y recibiendo felicitaciones de celebridades como Madonna (¿?).
Tras el éxito de “Sacrifice” la banda no se durmió en los laureles y pronto volvió con otro trabajo. “Overnight Sensation” (1996) constituye otro buen trabajo de la banda, donde se nota que Phil Campbell cuenta con más peso compositivo, profundizando en su aspecto más metálico. Un detalle curioso es que en la portada aparecen los miembros de la banda, cosa que no ocurría desde hacia 15 años (desde la edición de “No sleep til Hammersmith”). Analizando profundamente el disco, encontramos grandes ideas que evitan que el sonido del grupo caiga en la estancación, destacando “Civil war”, “Eat the gun” (canción contra las actuales leyes sobre armas de Estados Unidos), un agradable medio tiempo con acústicas llamado “Listen to your heart” o “I don’t believe a word”, otro medio tiempo no tan optimista como el anterior. Pese a que “Overnight sensation” poseía tanta calidad como sus predecesores, y a que las críticas fueron muy favorables, no tuvo demasiado impacto comercialmente hablando, aunque disco a disco Lemmy, Phil y Mikkey se encargaban de demostrar que Motörhead no era una banda de nostalgia. El posterior tour sirvió para visitar más rincones del globo aun inéditos para la banda, como Rusia.
Y “Snake bite love” (lanzado en la primavera de 1998) no hizo más que reafirmar la idea de que Motörhead estaban más vivos que nunca, aunque la falta de presupuesto y tiempo les hizo la misma jugada que en la grabación de “Rock'n'Roll”. Los miembros del grupo siempre afirman al hablar sobre este disco que con un par de semanas más el disco hubiera sido mucho mejor. Esta falta de tiempo se nota en la inclusión de alguna canción realmente mala (“Night side”, de las peores de la banda, sin duda alguna) o de grandes ideas que daban la impresión de no haberse pulido del todo, como “Assassin” (donde aun así podemos disfrutar de una soberbia interpretación de Mr. Dee). Esto no quiere decir ni mucho menos que el disco sea malo, y ahí está el musculoso riff de “Love for sale”, el divertido riff de “Snake bite love” o la caña de “Better off dead” para demostrarnos lo contrario.
La gira posterior (que pasó por España, tocando en el ahora desaparecido festival Menorrock) no sólo valdría para dejar maltrechos de nuevo los oídos de miles de fans, sino también para sacar a la venta un nuevo disco en vivo, grabando para ello la descarga realizada en “The Docks” de Hamburgo en mayo de 1998. El producto resultante, “Everything louder than everybody else” (1999), totalmente libre de overdubs y “trucos” similares (en Internet se pueden encontrar piratas de ese día, y os puedo asegurar que suenan exactamente igual, salvando la calidad de la grabación) es para muchos de sus seguidores (entre los que se incluye un servidor) el mejor de todos sus discos en directo. Todo el espíritu, las sensaciones, la fuerza que se puede sentir en un concierto de la banda se puede sentir en este doble CD repleto de clásicos y nuevos himnos, incluyendo temas nunca o raramente interpretados como “On your feet or on your knees” o “Lost in the ozone”. Desde el primer obús, “Iron fist”, hasta el último, el apoteósico final con “Overkill”, es realmente apasionante. En el libreto del CD podemos encontrar además diferentes dedicatorias de grupos como Metallica, The Ramones, Anthrax, Pantera, Overkill o Judas Priest reconociendo la grandeza de la banda y en muchos casos su clara influencia (“Si no fuera por Motörhead, no habría Metallica”, sentencia Lars Ulrich). Tras la gira europea saltarían el charco para recorrer NorteAmérica formando parte del festival itinerante de Ozzy, el Ozzfest.
Tras la edición del directo la banda se tomaría un breve pero merecido descanso para volver en el año 2000 con otra rodaja llena de buen rock'n'roll. “We are Motörhead”, como se dio a conocer el nuevo trabajo, era, otra vez, otro fantástico disco que despedía al segundo milenio con una buena dosis de potencia rockera. Diez furiosos cortes a toda velocidad en la mejor tradición Motörhead (con la salvedad de la cruda balada “One more fucking time”), incluyendo una magnífica versión del corrosivo himno de los Sex Pistols “God save the Queen”, que sirvió como presentación del nuevo disco, grabando un divertido vídeo que incluía a la Reina de Inglaterra haciendo headbanging. Esta vez la producción se repartió entre la banda, Bob Kulick, Bruce Bouillet y Duane Barron, sustituyendo a Howard Benson, que se había encargado de los controles desde 1993. Destaca el último tema, “We are Motörhead”, un “auto-plagio” de canciones como "Ace of spades" o "Motörhead" con una letra donde Lemmy lo deja todo claro...¡llegaron los primeros y serán los últimos en caer!.
Mientras la banda estaba de gira por Estados Unidos salió a la venta “The best of Motörhead”, una compilación bastante correcta de clásicos de la banda y rarezas varias (como la versión original de “Motörhead” por Hawkwind o la versión de Girlschool del clásico “Bomber”). Salió en dos formatos, doble CD y versión limitada en triple LP, siendo más interesante este último, ya que aparte de estar numerado y de tener una portada diferente (realizada expresamente por Joe Petagno para la ocasión) contenía un EP en directo con 4 temas grabados en las mismas noches que el mítico “No sleep til’ Hammersmith” (los temas en cuestión son “Fire fire”, “Bite the bullet / The Chase is better than the catch”, “Shoot you in the back” y “The hammer”). Estos temas aparecen también en la reciente reedición en doble CD del célebre directo. Además, Lemmy deleitó a sus seguidores más rockeros con el disco “Lemmy, Slim Jim & Danny B” (como el propio título indica, junto a Slim Jim Phantom, batería de Stray Cats y Danny Harvey, un prestigioso guitarrista y bajista de la escena rockabilly), regalándonos unas cuentas versiones de clásicos de Buddy Holly, Elvis, Jimmy Reed y Johnny Cash, además de colaborar con Doro Pesch en su “Calling the wild”. Todo un ejemplo de hiperactividad, que no mucho más tarde le pasaría factura. Si esto no era ya suficiente, debemos añadir a la lista el documental realizado por Peter Semple, titulado simplemente “Lemmy”, grabado en Hamburgo durante la última gira.
A finales de año se celebró un gran acontecimiento: el vigesimoquinto aniversario de Motörhead. No se cumplen 25 años todos los días, por lo que se preparó un gran concierto en Brixton Academy, en Londres, con multitud de invitados especiales: la rubia germana Doro Pesch, Withfield Crane, Brian May, Ace de Skunk Anansie y Eddie Clarke, que demostró que aunque en su cara se notaban los 18 años desde que se marchó sus dedos tenían la magia de siempre. Aunque el invitado más especial no era de carne y hueso, sino de metal. El mítico bombardero había vuelto para sobrevolar otra vez los escenarios. Había sido reconstruido para la ocasión, con más luces que en los primeros 80, proporcionando el toque mítico perfecto para la ocasión.
El tour siguió a un ritmo frenético que Lemmy no pudo seguir. El tramo de gira que recorría Europa del Este consistía en 39 conciertos en solo 45 días, provocando que Mr. Kilmister, que ya no está en sus años mozos precisamente, caiga totalmente exhausto. Pese a su insistencia, los médicos le obligan a parar, dado que su vida podría correr peligro. La gira tuvo que suspenderse, reanudándose meses más tarde, en el verano del 2001. Antes, sin embargo, aprovecharían para grabar “The game”, una nueva canción por encargo de la World Wrestling Federation, como himno de batalla para el luchador Triple X., presentándola frente a miles de personas en uno de los eventos de esta organización. Gracias a este tema y a la inclusión de “Ace of spades” en la banda sonora del videojuego “Tony Hawk’s Pro Skater 3” la popularidad de los bastardos se reactiva considerablemente en América, volviendo a cobrar cierto protagonismo y atención por parte de los medios, además de abrir su música a una nueva generación de fans.
En el verano del 2001 la banda volvió a los escenarios tocando en varios festivales europeos, destacando el prestigioso Wacken Open Air, encabezando el cartel con el famoso bombardero (junto a los británicos Saxon, que exhibían su también mítica águila) donde contaron con la colaboración de Nina C. Alice (cantante de Skew Siskin) durante “Born to raise hell”. Tras unas cuantas fechas más en la costa oeste de Estados Unidos, la banda se encierra en el estudio para preparar un nuevo lanzamiento.
Para satisfacer las ansias de material nuevo saldría en ese misma Navidad un excelente DVD. “Boneshaker – 25 and alive” era la mejor forma de celebrar con los fans el 25 aniversario de la cabeza motorizada. Este título contiene el show completo de Brixton de un año atrás, 4 temas de la actuación de Wacken, video clips, entrevistas... sin duda alguna un completísimo DVD que hizo las delicias de los seguidores del grupo.
La espera para el siguiente disco fue breve, y en abril del 2002 apareció el hasta ahora último lanzamiento de las huestes de Lemmy. “Hammered” (producido por Tom Panunzio) es un paso adelante en la dirección musical del trío. No tan frenético como “We are Motörhead” pero más variado y repleto de temas realmente buenos, desde la contundente y velocísima “Red raw” hasta la tranquila “Down the line” pasando por originales temas como “No remorse” o “Walk a crooked mile”. La última pista del CD, “Serial killer”, cuenta con la amenazadora voz del luchador Triple X, mientras que en “Mine all mine” Dizzy Reed (Guns N'Roses) echa una mano con el teclado. El CD salió en tres formatos, la edición normal, una edición limitada para Europa conteniendo “The game”, “Shoot you in the back” y “R.A.M.O.N.E.S.” (estas dos últimas grabadas en el Wacken Open Air) además de un vídeo de 15 minutos con imágenes del DVD “Boneshaker”, y una edición limitada para EEUU con “The game” y una versión en directo de “Overnight sensation”. “Brave new world” fue elegido como single, grabándose un vídeo para la ocasión.
El nuevo álbum es uno de los más exitosos de los últimos años, al igual que la gira, donde se aprecia un aumento del publico atraído. Los teloneros en los USA fueron Morbid Angel y Speedealer mientras que en Europa la mayoría de las fechas fueron realizadas junto a Anthrax. En España la gira resultó todo un éxito, con afluencias de publico realmente buenas en Barcelona, Bergara, Madrid, Granada, Santiago de Compostela y Valencia.
Durante la gira apareció a la venta “White line fever” (editado por Simon & Schuster Publishing), la autobiografía de Lemmy donde nuestro hombre nos relata en clave de humor toda su vida, especialmente plagada de anécdotas y del ácido humor del que Lemmy siempre ha hecho gala, explicándonos se particular visión del mundo.
Y hasta el momento, esto es todo. Lemmy se encuentra actualmente realizando colaboraciones con varios artistas (Dave Grohl de Foo Fighters, The Damned) mientras que Mikkey ha grabado el nuevo álbum de Helloween y ha salido de gira con la estrella techno sueca E-Type. Pero la banda retomará la actividad pronto, ya hay fechas confirmadas para diversos festivales europeos y ya se empieza a hablar de un nuevo disco, siguiendo el frenético ritmo impuesto desde principios de los 90 (8 discos, 1 directo, 1 recopilatorio y 1 DVD en 12 años, con sus giras correspondientes). ¿Retirada? Como ya ha comentado Lemmy en más de una entrevista, aún no es momento de pensar en eso. Motörhead disfruta de una segunda juventud y de un estado de gracia excepcional. 
DISCOGRAFIA:
 
Motorhead - 1977 - Motorhead (Remastered 2001)
Motorhead - 1979_1 - Overkill (remastered 1996)
Motorhead - 1979_2 - Bomber (Remastered 2005 - 2CD)
Motorhead - 1979_3 - On Parole
Motorhead - 1980 - Ace Of Spades
Motorhead - 1982 - Iron Fist (1996)
Motorhead - 1983 - Another Perfect Day (1991 Re-issue)
Motorhead - 1986 - Orgasmatron (1997 Re-issue)
Motorhead - 1987 - Rock 'N' RoLL
Motorhead - 1991 - 1916
Motorhead - 1992 - March Or Die
Motorhead - 1993 - Bastards
Motorhead - 1995 - Sacrifice
Motorhead - 1996 - Overnight Sensation
Motorhead - 1998 - Snake Bite Love
Motorhead - 2000 - We Are Motörhead
Motorhead - 2002 - Hammered
Motorhead - 2004 - Inferno
Motorhead - 2006 - Kiss Of Death (Limited Edition)
Motorhead - 2008 - Hit Collection
Motorhead - 2008 - Motorizer
Motorhead - 2011 - The World is Yours


 2013


01. Heartbreaker
02. Coup De Grace
03. Lost Woman Blues
04. End Of Time
05. Do You Believe
06. Death Machine
07. Dust And Glass
08. Going To Mexico
09. Silence When You Speak To Me
10. Crying Shame
11. Queen Of The Damned
12. Knife
13. Keep Your Powder Dry


                                                                           


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