Para
seguir las raíces y evolución de esta banda quizá sea mejor empezar hablando
de la vida de Ian Frasier Kilmister. Mr. Kilmister nació en Stoke-On-Trent (Staffordshire,
Inglaterra) el 24 de diciembre de 1945, hijo de un sacerdote que abandonó a su
familia cuando Ian solo tenía tres meses. Lemmy (apodado así por su
insistencia al pedir algo de dinero: “lend me a fiver”...) pronto descubriría
el rock'n'roll gracias a Little Richard, Elvis, The Beatles, The Rolling Stones,
MC5... Fascinado ante esa nueva música, pronto empezó a tocar la guitarra en
diversas bandas de R&B de ámbito local (The Rainmakers, Motown Sect),
consiguiendo grabar en alguna banda de mayor nivel como The Rockin’ Vicars. En
este tiempo también sería “roadie” de un guitarrista que pasaría a la
historia de la música moderna, Jimmy Hendrix.
Su
primera gran oportunidad llegó en 1971 cuando ingresó en la famosa banda de
rock psicodélico (o rock espacial como a ellos les gustaba denominarse)
Hawkwind, aunque por las circunstancias del momento tuvo que cambiar su
instrumento habitual, la guitarra, por un bajo, instrumento que seguirá tocando
durante toda su carrera con ese estilo tan personal y a la vez salvaje. Con
Hawkwind grabó discos como “Space ritual”, “Hall of the mountain grill”
o “Warrior on the edge of time”, cosechando grandes éxitos de critica y
publico, y llegando a firmar un contrato con Atlantic Records. Desgraciadamente,
las relaciones entre Lemmy y el resto de la banda no parecían ser del todo
buenas, y cuando Lemmy fue detenido en la frontera de Canadá, camino de
Toronto, por posesión de anfetaminas (realmente las autoridades pensaban que se
trataba de cocaína) la banda aprovechó para despedirle.
Lemmy
se encontraba otra vez sin banda, por lo que decidió formar la suya propia. Su
primera opción como nombre fue Bastard, pero su manager de entonces, Douglas
Smith, le convenció para cambiárselo, optando por el que todos conocemos, Motörhead,
equivalente americano de la palabra inglesa “speed freak”... muy acertado
teniendo en cuenta las circunstancias que le obligaron a abandonar su anterior
banda. Lemmy tenía muy claro lo que quería hacer, tal como expresó a la
prensa de la época: “Seremos la banda de rock n roll más sucia del mundo. ¡Si
nos trasladáramos al lado de tu casa tus plantas morirían!”.
Los
primeros compañeros de fatigas de Lemmy fueron Lucas Fox en la batería y el
ex-Pink Fairies Larry Wallis como guitarrista. El primer show (en el Chalkfarm
Roundhouse de Londres, el 20 de julio de 1975) resultó un completo desastre,
como tampoco fue especialmente bueno el concierto que ofrecieron en el
Hammersmith Odeon como teloneros de Blue Oyster Cult. La prensa musical pronto
los crucificó denominándolos como “la peor banda del planeta”. Aun así el
grupo siguió adelante (gracias a una base de fans cada vez más amplia) y entre
diciembre de 1975 y enero de 1976 grabaron un disco para United Artist, con un
cambio en el line-up, ya que tras la batería esta vez se sentaba un hombre
clave en la historia de Motörhead, Phil “Philty Animal” Taylor, un amigo de
Lemmy sin experiencia profesional en el mundo de la música pero que aportaría
a la base rítmica una personalidad y contundencia únicas.
Lamentablemente,
a United Artist no pareció agradarle mucho el resultado final, y “On Parole”
no vería la luz (por el momento). La banda estaba realmente desanimada, a punto
de disolver el grupo y dedicarse a otra cosa. No obstante, la inclusión como
guitarrista de Eddie “Fast” Clarke traería nuevos aires al grupo, y como ya
veremos, este hombre también será clave en el auge de Motörhead al
superestrellato. Larry Wallis dejaría la banda poco después, estableciendo la
formación más clásica y famosa de la banda: Lemmy, Eddie y Taylor.
En
verano de 1976 contactaron con Stiff Records, que les ofreció grabarles un
single. Dicho y hecho, Lemmy y compañía pronto grabaron un sencillo
conteniendo “White line fever” y la versión de Tamla Motown “Leavin’
here”. La mala fortuna continuó cebándose con el grupo, pues United Artist
impidió la edición del sencillo (aun tenían un contrato vigente, pese a que
no quería editar nada del grupo), y la grabación no vería la luz, teniendo el
honor de ser el único single en la historia de la música que salió al mercado
directamente como reedición. De todas maneras el single sí salió en Europa,
así como en diversos piratas y recopilaciones, creciendo ligeramente la
popularidad del grupo.
La
situación era realmente mala, y la banda estaba al borde de la disolución,
pactando con Chiswick Records la grabación de un directo como punto y final de
la trayectoria de la banda. La compañía decidió apostar por ellos, y les
propusieron editar un nuevo single. Cuando los responsables de la compañía
fueron a supervisar la grabación del sencillo, se encontraron con que la banda
prácticamente había grabado un disco completo, por lo que se decidió
editarlo. Así, tras un breve tour teloneando a Hawkwind, y libres de ataduras
con UA, salió a la luz en 1977 “Motörhead”, un álbum que ya indicaba
hacia donde iba la banda, un acelerado rock'n'roll sucio y ruidoso, aunque con
ciertos retazos psicodélicos heredados de Hawkwind. El disco contenía un par
de temas que Lemmy escribió para su anterior banda (“Motörhead” y “The
watcher”, muy diferentes a las versiones originales) y dos versiones, la ya
citada “Leavin’ here” y el clásico de Yardbirds “Train kept a rollin”.
La portada de disco corrió a cargo de Joe Petagno, creando según indicaciones
de Lemmy el famoso “war pig” (también llamado por la banda Snagletooth) que
desde entonces adorna la mayoría de las portadas del grupo. El disco funcionó
bien, llegando al número 37 de los “charts”. Desgraciadamente el inminente
tour se tuvo que cancelar cuando Taylor se rompió la muñeca en una pelea,
impidiendo que el disco llegará a cotas mayores.
Las
cosas pintaban mejor, y en 1978 dieron multitud de conciertos por toda
Inglaterra y ficharon por la poderosa Bronze Records, editando el single “Tear
ya down” / “Louie Louie”, que llegó al puesto 68 de la lista de ventas,
apareciendo en el celebre programa “Top Of The Pops” para promocionarlo. En
diciembre de 1978 entrarían otra vez al estudio... para empezar a hacer
historia.
“Overkill”
(grabado en los Roundhouse Studios de la mano de Jimmy Miller) demostraba todo
el poder que tenía dentro el trío. Desde los primeros segundos protagonizados
por el doble bombo de Philty, todo el disco es una explosión de fuerza. Cada
riff de Eddie, cada grito de Lemmy, todo, absolutamente todo, es perfecto en
este disco. Además destaca el buen hacer de Lemmy con las letras, lo cual será
común en cada lanzamiento de Motörhead. La revista Sounds lo calificó con 5
estrellas y llegó al puesto 24 de los “charts”, todo un éxito. Hoy en día
aun es considerado como uno de los mejores discos de la banda, y temas como “Overkill”,
“No class” o “Metropolis” aun perduran en el set de la banda tras más
de 20 años, toda una prueba de su vigencia. La edición del álbum fue seguida
de un intenso tour (con Girlschool como abriendo los conciertos), girando por
Europa por primera vez, con algún que otro sobresalto, como cuando fueron
detenidos en el aeropuerto de Helsinki por destrozar un equipo completo de
altavoces en un festival.
Tras
otro single (“No class” / “Like a nightmare”) otro bombazo sacudió
Inglaterra pocos meses tras la edición de “Overkill”, y nunca mejor
dicho... “Bomber” (también producido por Jimmy Miller) era la confirmación
de que Motörhead era una de las mejores bandas de Inglaterra. Un poco más
pausado que el anterior, este álbum contenía otra colección de grandísimos
temas para ampliar el currículum de la banda... “Dead men tell no tales”,
“All the aces”, “Stone dead forever”, “Poison” (con un “recado”
especialmente duro de Lemmy a su padre), “Step down” (cantada por Fast Eddie)
y por supuesto “Bomber”, que se convertiría de inmediato en otro clásico
de la banda. El disco vendió más que su predecesor, llegando al número 12 de
las listas. “The Bomber Tour”, con Saxon como teloneros, traía una novedad
visual muy atractiva: un gigantesco bombardero alemán Heinkel III que
sobrevolaba el escenario al final de cada concierto, mientras las sirenas
anunciaban un inminente bombardeo. Esto, unido al monstruoso volumen de la
banda, hacía de cada concierto de Motörhead una experiencia única.
Afortunadamente hoy en día los shows siguen siendo igual de potentes, aunque ya
hablaremos de eso más tarde.
Aprovechando
el enorme tirón de la banda, United Artist aprovechó en la primera semana de
la gira para lanzar “On parole”, el disco que habían rechazado tan solo
tres años antes. Aunque la banda no estaba muy de acuerdo con tal lanzamiento
(ciertamente le faltaba calidad) no se podía hacer nada por evitarlo. Entre
gira y gira aprovecharon para grabar otra vez, esta vez colaborando junto a la
banda punk The Damned, grabando la versión de The Sweet “Ballroom blitz” y
"Over the top". Casi al mismo tiempo también salió otro single
conteniendo “Bomber” y “Over the top”, en una versión diferente a la
anterior.
Tras
el EP “The golden years” (una pequeña recopilación de temas en directo,
muy bien recibida por los fans), ya en 1980 saldría un disco que haría temblar
los cimientos de la escena musical inglesa: “Ace
of spades”. Uno de esos discos que se tornan clásicos desde el primer
día. Tras la portada en la que por primera vez sale una foto de la banda,
vestidos como forajidos del Far West en algún inhóspito desierto de Arizona
(realmente la foto fue tomada en una cantera de Londres), se esconden doce temas
que dejaron en estado de shock a toda una generación de headbangers. Sin duda,
Motörhead ya era la banda más ruidosa del planeta, y gracias a la perfecta
producción de Vic Maile, ahora eran más ruidosos todavía. Una combinación
perfecta de velocidad, grandes temas, estribillos inolvidables... el tema que da
título al disco, “Ace of spades”, se convirtió enseguida en el tema más
emblemático de la banda (aún hoy lo es pese a la poca simpatía que Lemmy
profesa por esta canción), dos minutos y medio de descomunal orgía sonora, y
uno de los temas más famosos del rock inglés. Y
no se queda solo en esto: "(We are) The road crew", "Shoot you in
the back", "The hammer"... una delicia. Evidentemente, el
éxito del disco fue poco menos que extraordinario, alcanzando el cuarto puesto
de las listas de ventas, mientras que el single conteniendo el tema titulo
alcanzó el decimoquinto lugar.
El
“Ace Up Your Sleeve our” (con Weapon como acompañantes) comenzó en Octubre
y recorrió medio mundo, aunque la gira Europea tuvo que ser pospuesta cuando
Phil Taylor se rompió tres vértebras al caerse por una escalera, y saltando el
charco hacia los Estados Unidos abriendo los shows para Ozzy Osbourne en la gira
del aclamado “Blizzard of Ozz”.
Si
1980 significó éxito y más éxito, lo de 1981 ya no tenía nombre. El 13 de
febrero sale a la venta el EP “The St. Valentines day massacre EP”, una
colaboración entre la banda y Girlschool versioneando el viejo clásico de 1959
de Johnny Kidd And The Pirates “Please don’t touch”, además de una
interpretación de “Bomber” por Girlschool, y otra de “Emergency” por
Motörhead (estos temas pueden encontrarse en la reedición en CD remasterizada
de “Ace of spades”, además de en el recopilatorio lanzado en el 2000 “The
best of Motörhead”). El EP vendió la nada despreciable cifra de 50.000
copias, pero lo mejor estaba por llegar.
Grabando
algunos shows (Leeds, Nottimghan, Newcastle, siendo las bandas abridoras Tank,
The Raiders y los franceses Trust) la banda, debido a la presión de Bronze,
accede a grabar un disco en directo. “No sleep til’ Hammersmith” resultaría
en uno de los mejores discos en directo jamás grabados, demostrando que donde
de verdad se aprecia todo lo que Motörhead puede ofrecer es sobre un escenario.
Impresionantes versiones en vivo de una selección de algunos de los mejores
temas de la banda (donde extrañamente solo hay dos representantes de “Ace of
spades”) incluyendo alguna vieja canción poco conocida como regalo a sus fans,
como “Iron horse – Born to lose”. El disco salió directamente como numero
1 en las listas de ventas británicas. Simplemente un disco en directo
imprescindible.
Más
y más conciertos siguieron a la edición del directo, en una gira de pabellones
y grandes recintos (liderando festivales como el Heavy Metal Holocaust, por
encima de Ozzy, Triumph y Riot), pasando por primera vez por España (13, 14 y
16 de Diciembre, en San Sebastián, Barcelona y Madrid, respectivamente, los
tres en pabellones de baloncesto). A estas alturas ya nadie podía negar que Motörhead
era uno de los máximos exponentes de la nueva ola de bandas de Heavy Metal que
surgía en Inglaterra. Lemmy, sin embargo, rechazaba fervientemente esa
etiqueta, manteniendo firmemente que tenía mas en común con MC5 y The Stooges
que con Black Sabbath y Judas Priest. Realmente, Motörhead fue una de las pocas
bandas que consiguió romper con las barreras impuestas con los estilos,
consiguiendo seguidores a partes iguales entre heavies, punks y rockers.
En
enero de 1982 la banda se metió otra vez en el estudio. Para el siguiente disco
la producción corrió a cargo de Eddie Clarke (que ya había hecho algunos
pinitos como productor con Tank), lo cual no fue una buena elección, ya que el
trabajo de guitarras resultó claramente inferior, mientras que la producción
quedó deslucida, sin esa chispa de vitalidad que destacaba en anteriores
trabajos. “Iron fist” era un trabajo decente, pero donde se aprecia que la
espontaneidad y energía de “Ace of spades” se perdieron en algún lugar del
estudio. No obstante, el disco funcionó bastante bien, vendiendo más de 60.000
copias en el Reino Unido. Pero en el seno de la banda las cosas estaban
calientes. Las relaciones entre Lemmy y Eddie Clarke no eran precisamente
buenas, lo cual repercutió seriamente en el nivel de los conciertos.
Finalmente, y tras una fuerte discusión por la decisión de Lemmy de colaborar
con la cantante de The Plasmatics, Wendy O’ Williams, Eddie dejaría el grupo.
La última actuación con la banda sería el 14 de mayo de 1982, en el Palladium
de Nueva York. Dos días antes se había grabado el celebre vídeo “Live in
Toronto”. Eddie seguiría cosechando éxitos en el futuro con su propia banda,
Fastway.
Hacía
falta un sustituto, y el elegido para el puesto fue Brian Robertson (otro nombre
que sonó bastante fuerte fue el de Lips de los canadienses Anvil), uno de los héroes
de Philty por su gran trabajo en Thin Lizzy. Brian se encargó de acabar la
gira, y se quedó con la banda para grabar su siguiente álbum.
“Another
perfect day” supuso toda una revolución en el sonido del grupo, una bocanada
de aire fresco que como ya veremos se vio truncada por factores extra-musicales.
El disco es una maravilla, consiguiendo lo que parecía imposible, combinar a la
perfección en un disco de Motörhead fuerza y melodía. Brian era un
guitarrista mucho más melódico que Eddie, consiguiendo unos resultados
sorprendentes en canciones como “Shine”, “I got mine” o “One track
mind”. De la producción se encargo Tony Platt, que llegaba de trabajar con
AC/DC, consiguiendo un sonido mucho más limpio que en los anteriores trabajos
de la banda.
Desgraciadamente
los seguidores del grupo no aceptaron a Robertson. Su indumentaria para los
directos (pelo corto, mallas, zapatillas de ballet) sentó como un tiro al
motorheadbanger medio. Lemmy y Philty no le dieron mayor importancia, pero había
dos problemas bastante más graves: el primero, su afición a la bebida un tanto
mayor de lo normal (años más tarde Brian declararía que fueron sus ex-compañeros
quienes le arrastraron al alcoholismo); el segundo, su negativa a tocar clásicos
como “Bomber”, “Overkill” o “Ace of spades” (según las malas
lenguas, para evitar comparaciones con Clarke). Los set-lists del grupo contenían
casi todos los temas del nuevo disco, canciones no muy conocidas de títulos
anteriores como “(Don’t need) Religion” o “Iron horse” (que sonaban
irreconocibles con el exceso de efectos de Robbo) y alguna versión como
“Hoochie coochie man” con interminables solos (las grabaciones en vivo más
interesantes de este periodo son los piratas semi-oficiales “Live at the King
Biscuit Flower Hour” y “Live 1983”). Cuando en una convención de
motoristas en Hackney Robertson se negó en el mismo escenario a tocar “Bomber”,
firmó su sentencia de muerte. Poco después estaba fuera del grupo.
Otra
vez sin guitarrista, y otra vez a buscar a alguien que ocupara el puesto. Tras
una serie de audiciones quedaron dos pretendientes: Mick Burston, más conocido
como Wurzel, del circuito londinense de bandas locales y Phillip Campbell, un
galés que venía de tocar con Persian Risk. Finalmente los dos fueron elegidos.
Motörhead era ahora un cuarteto.
El
recién estrenado cuarteto duró poco. Tras una celebre aparición en un
episodio de la conocida serie británica “The young ones” (el episodio en
cuestión es el más famoso de la serie, con reposiciones regulares en la
televisión británica), Lemmy y Philty tienen una pelea, abandonando Philty
inmediatamente la banda (Taylor se uniría posteriormente al también huido
Robertson en un proyecto llamado Operator). Su lugar es ocupado por Pete Gill,
ex-batería de Saxon. La discográfica, Bronze, decidió editar un recopilatorio
para dar tiempo a la banda a grabar un nuevo disco. En un momento en el que la
popularidad del grupo estaba realmente baja. “No remorse” (con carpeta de
cuero en la primera tirada) funcionó de maravilla para que el bombardero
pudiese remontar otra vez el vuelo. Aparte de estar repleto de los viejos hits
del grupo, contenía cuatro temas nuevos entre los que se encuentra uno que
virtualmente será el culpable de la resurrección del grupo: “Killed by death”.
Un tema buenísimo mucho más cercano al heavy metal de la época que al
rock'n'roll donde se demuestra que los cambios no habían hecho mella en el seno
de la banda, al contrario, era más fuerte que nunca. La nueva formación había
cumplido por el momento en el estudio, solo faltaba pasar el examen final... el
directo. El resultado no pudo ser más contundente, los nuevos Motörhead
arrasaban con todo en el escenario como nunca lo habían hecho. Los dos nuevos
guitarristas aportaron una increíble fuerza al grupo, complementándose a la
perfección: Campbell era el más melódico de los dos (tampoco demasiado,
teniendo en cuenta la banda de la que estamos hablando) y Wurzel... Wurzel era
Motörhead en estado puro, el compañero perfecto de Lemmy. El único que no
destacaba en demasía era Pete Gill, cuya labor era correcta pero no podía
competir con el carismático Taylor. Para celebrar el décimo aniversario de
historia se grabaron dos shows celebrados en el Hammersmith Odeon el 28 y 29 de
junio de 1985, abarrotado los dos días, editado en vídeo y LP bajo el título
“The birthday party”. El público estaba otra vez con la banda, y ésta era
más poderosa que nunca. Debido a problemas legales con el sello que les impedían
sacar otro disco, nuestros hombres se dedicaron todo el año a girar por todo el
mundo, en ocasiones bajo el nombre de “Iron Fist And The Hordes From Hell”.
1986
trajo consigo un cambio de sello, firmando un contrato con GWR, compañía
formada con la ayuda de Doug Smith, manager del grupo. Bill Laswell se encargó
de los controles de la grabación, realizada en los estudios Master Rock de
Londres. Aunque la relación de Lemmy con Laswell no fue precisamente buena, el
plástico que salió de esas sesiones era una joya, otro clásico de la
discografía de Motörhead. “Orgasmatron” es, sin duda, uno de los mejores
discos de la banda, con un sonido áspero y sucio que recuerda a los primeros
lanzamientos del grupo. Los temas, sin embargo, seguían la línea de los
aparecidos en “No remorse” y se alejaban un poco más del más puro sonido
rockero, acercándose más al heavy metal y a la nueva vertiente que había
aparecido hace poco, altamente influenciada por el éxito de “Overkil”,
“Ace of spades” y “No sleep til’ Hammersmith”, el thrash metal. El
tema que inicia el disco, “Deaf forever” (sordos para siempre), es toda una
declaración de intenciones, sucedido de más cañonazos como “Nothing up my
sleeve”, “Dr. Rock” o el tema que da título al disco, con una de las
mejores letras que Lemmy haya escrito jamás acompañado de una tremenda atmósfera
oscura y opresiva, fijo desde entonces en el set-list de la banda. Evidentemente
a la edición del disco le siguió otro tour (que volvió a pasar por España,
Madrid, Barcelona y San Sebastián fueron otra vez las ciudades afortunadas),
actuando en el prestigioso festival de Donington, junto con Warlock, Bad News,
Def Leppard, Scorpions y Ozzy Osbourne, un cartel de autentico lujo.
Ya
en 1987, y casi sin tiempo para descansar el grupo graba un tema para la película
“Eat the rich”, del mismo título, con Lemmy actuando en la película
interpretando a una especie de mafioso llamado Spider, rodando además un video
clip aderezado con tomas del film. Esta grabación traía una grata sorpresa:
Philty Animal Taylor se sentaba otra vez tras los parches, sustituyendo a Pete
Gill. Acto seguido se metieron en el estudio para grabar otro álbum.
Desgraciadamente sólo tenían dos semanas para grabarlo y no muchos medios, y
el nuevo trabajo, titulado simplemente “Rock'n'Roll” se quedó a medias. No
era un mal disco pero podía haber sido mucho mejor. Los nuevos temas se
alejaban de la brutalidad de “Orgasmatron” y tenían un aire mucho más
rockero (como ya vaticinaba el título del disco), destacando temas como
“Rock'n'Roll”, “Stone deaf in the USA” o la anteriormente citada “Eat
the rich”. Desgraciadamente la pobre producción deslució mucho este nuevo
trabajo. Tras la edición del disco, ya en 1988, la banda vuelve a girar, acompañando
a Alice Cooper en su tour americano y después encabezando su propio tour con
Slayer como abridores. Lemmy también se dedicaría a colaborar con Lita Ford en
su disco “Lita”, coescribiendo la canción “Can’t catch me” y otra vez
con Girlschool, escribiendo esta vez “Head over wheels”. Por si fuera poco,
también aparece en el documental “The decline of Western Civilization Part
II: The Metal years”.
Tras
la gira se pensó en editar un nuevo disco en directo. Aunque la idea de
Kilmister y sus compañeros era la de sacar a la venta el show grabado en
Brixton el año anterior, finalmente la compañía en una decisión de última
hora editó el concierto del “Giants of Rock” finlandés, con un sonido
bastante inferior (finalmente “Live at Brixton” fue reeditado en 1994). Aun
así “No sleep at a ll”, como se tituló este directo, es una buena muestra
del buen hacer de Motörhead, que tras la entrada de los dos nuevos guitarristas
tocaban más rápido, más fuerte y más agresivamente si cabe que antes. Llaman
la atención el trepidante inicio con “Dr. Rock”, la buenísima interpretación
del “Just ‘cos you got the power” (que sólo podía encontrarse como
cara-B del single “Eat the rich”), incluyendo
uno de los mejores solos de Campbell en el grupo, o el clásico “Killed by
death”. Pese a que la ejecución de los temas es perfecta, el sonido no hace
justicia a la banda y resta fuerza al conjunto de este “No sleep at all”.
Los
problemas con GWR impidieron la salida de ningún otro álbum hasta ya entrados
los 90, por lo que aprovecharían para girar y visitar lugares donde aun no habían
comprobado como se las gastaba esta banda como Brasil o Yugoslavia. Finalmente
se resolvieron los problemas con la compañía, abandonando esta, y abriendo
otra etapa en el grupo...
En
1990 Motörhead ficha por la todopoderosa WTG – Sony, consiguiendo su primer
contrato con una multinacional desde la formación del disco (dejando aparte la
etapa con United Artist, tan breve como infructuosa). Lemmy por su parte se
traslada a Los Ángeles, cansado de la forma de vida inglesa (y de que Motörhead
no tenga un reconocimiento mayor). Algunas voces hablan de la nueva cara “más
comercial” del grupo, pero cuando en 1991 sale “1916”, la crítica es unánime;
un nuevo triunfo más, según más de uno, la mejor colección de canciones del
grupo desde aquel lejano “Ace of spades”. “1916” es un disco lleno de
grandiosos temas, casi sin altibajos, y más variado que sus predecesores;
incluyendo durísimos cortes como “Make my day” o “The one to sing the
blues”, rocks vacilones (“Angel city”, “I’m so bad (Baby I don’t
care”), así como un especial
tributo a sus amigos The Ramones en forma de un rabioso punk rock titulado
"R.A.M.O.N.E.S." (y que los mismos neoyorkinos se encargaron de
versionear). Es digno de mención el último corte, “1916”, una preciosa
balada con una emotiva letra basada en la batalla de Somme, durante la I Gran
Guerra, con un trabajo de teclados y cello realmente bueno, toda una novedad
para los seguidores de la banda. Esta canción, como muchas otras de su
discografía, es una clara muestra del interés de Lemmy por la historia
militar, llegando a reunir a lo largo de los años la quinta mayor colección de
Estados Unidos de objetos de la Segunda Guerra Mundial.
“1916”
funciona excelentemente, y como es de costumbre a la edición de éste le sigue
otro maratoniano tour, esta vez embarcados dentro del espectáculo “Operation
Rock'n'Roll”, junto con Judas Priest y Alice Cooper. De los conciertos
alemanes se aprovecha para grabar un vídeo en directo, curiosamente filmado en
blanco y negro, con divertidos comentarios de los integrantes de la banda e imágenes
de su vida en la carretera, y plagado por supuesto de un buen puñado de temas,
principalmente de su último trabajo. El invento sería bautizado como
“Everything louder than everything else”. Sin embargo, en la trastienda las
cosas no iban tan bien, y la banda sufre un continuo vaivén de managers,
existiendo también problemas entre los componentes del grupo. Cuando la prensa
preguntó a Lemmy por qué “Overkill” ya no estaba en el set-list de la gira
éste contestó “las piernas de Philty ya no son lo que eran, sencillamente no
puede tocarla”. Paralelamente a la actividad del grupo, Lemmy escribe las
letras de cuatro temas del nuevo disco de Ozzy, “No more tears”.
1992
no empezó nada mal. Motörhead eran nominados para los premios Grammy en la
categoría de “mejor disco de metal”, aunque finalmente el premio fue hacia
los californianos Metallica. Poco después entraban otra vez en el estudio para
grabar otro LP.
La
grabación del siguiente disco estuvo llena de tensión. Por una parte por culpa
de la compañía, que quería controlar más al grupo, y por otra por parte de
Philty Taylor, poco motivado en la grabación del nuevo disco. Al poco tiempo de
empezar la grabación, Phil Taylor fue expulsado de nuevo de Motörhead. Como
recambió de emergencia se fichó a Tommy Aldrige, que grabó todas las baterías
de la nueva obra (aunque en las fotos interiores de la carpeta sale Mikkey Dee,
éste no grabó nada). “March or die”, como fue titulado el nuevo capítulo
de esta larga historia, era realmente una decepción (empezando por la portada,
la primera en muchos años no realizada por Petagno, realmente mala), sin duda
uno de los discos más flojos de la banda. Sigue la estela de “1916” en
cuanto a sonido, pero sin la vitalidad que aquel poseía. Aun así hay temas
realmente buenos como “Stand”, la preciosa balada cantada a medias entre
Lemmy y Ozzy “I ain’t no nice guy after all” o la bluesy “You better run”
(estas dos últimas con solos del ex-gunner Slash), pero en general, el mal
ambiente vivido en el estudio se transmitió al disco. Además, “Hellraiser”
fue incluida en la B.S.O. de la película de terror “Hellraiser III”, junto
con “Hell on Earth”, canción que no fue incluida en el disco.
Finalmente,
para ocupar la plaza abandonada por Philty entró como miembro permanente el
sueco Mikkey Dee, a quien ya se le ofreció el puesto en 1985. Su currículum no
era nada despreciable, ya que había formado parte de King Diamond y Dokken. Su
estreno con la banda inglesa fue el 30 de agosto de 1992 en Saratoga, y aunque
cuentan las crónicas que Mikkey no estuvo muy afortunado (tuvo muy poco tiempo
para ensayar) pronto dejó claro que venía para quedarse... Mikkey era el batería
perfecto para Motörhead, potentísimo, capaz de impregnarle a los temas rápidos
una agresividad adicional y muchísimo más técnico que los anteriores baterías.
La gira transcurriría bien, destacando unos cuantos shows en los que Motörhead
telonearía a dos bandas que reconocían la influencia del grupo sobre su música:
Guns N'Roses y Metallica. Sin embargo, lamentable e inexplicablemente, son
expulsados de Sony. La fatídica historia se volvía a repetir...
Esta
vez
el bache era importante. De estar en una multinacional a estar
prácticamente
“en la calle”. Finalmente graban su nuevo disco por sus propios medios,
recurriendo para la distribución a ZYX, una compañía alemana de música
techno. Aunque fueron aconsejados por muchas partes para que declinaran
la
oferta, ésta era buena y la banda aceptó. Fue un grave error, más grave
teniendo en cuenta el tremendo discazo que había salido de
esas sesiones llenas de rabia. Si “Bastards” (1993, producido por Howard
Benson, significando además el retorno de Joe Petagno como ilustrador)
hubiera
tenido una promoción similar a los dos anteriores discos, se hubiera
convertido
inmediatamente en un nuevo clásico de los ingleses. Perfecto de
principio a
fin, sencillamente. Mikkey Dee estaba ya plenamente integrado y aportó
las
baterías más brillantes que se hayan oído en un disco de Motörhead. Los
riffs de Phil y Wurzel se acercaban más que nunca al thrash que tanto
habían
influido. La tripleta inicial “On your feet or on your knees”, “Burner”
y “Death or glory” deja noqueado a cualquiera, mientras que “Devils” o
“We bring the shake” abrían nuevas vías en el sonido de los Bastardos,
con
ambientes oníricos y mágicos
presumiblemente difíciles de imaginar en la banda de Lemmy. El single
“Born
to raise hell” (canción que en un principio Lemmy escribió para la banda
alemana Skew Siskin) sonó insistentemente en las radios con programas
dedicados
al rock... pero “Bastards” era prácticamente imposible de encontrar
fuera
de Alemania, llegando al resto del mundo de importación, lo cual truncó
cualquier esperanza de éxito. Aun así, Motörhead en vivo aun era una
fuerza
viva y reconocida, y el tour funcionó bastante bien, incluyendo unos
cuantos
conciertos junto a Black Sabbath y otro co-liderando junto a The Ramones
un
estupendo espectáculo de rock'n'roll frente a nada menos que 45.000 fans
en
Buenos Aires. También se grabó una versión alternativa de “Born to raise
hell” con Ice-T y Whitfield Crane (ex-Ugly Kid Joe, actualmente en
Medication)
en las voces para la banda sonora de la película “Airheads” (que a
España
llegó como “Cabezas huecas”), donde Lemmy aparece diciendo una frase.
El
grupo aún no tenía sello en los Estados Unidos pero esto no les impidió
meterse en el estudio para editar otro disco, esta vez con el sello alemán
Steamhammer - SPV (con el que continúan hoy en día). El resultado de estas
sesiones surgió en 1995 bajo el titulo de “Sacrifice”, que constituye otro
triunfo en la dilatada carrera del grupo. Otro excelente disco, quizá el más
agresivo hasta la fecha. Gracias a la producción de Howard Benson, el sonido
conseguido era aplastante, realmente demoledor, además de plenamente renovado.
“Sacrifice” incluye canciones realmente originales y bastante alejadas del
estándar del grupo como la genial “Make'em die” (con un soberbio trabajo de
Dee), “Sacrifice” y su infernal ritmo o “Order / Fade to black”, acompañado
de algunos rocks más clásicos como “Sex or death” o “Don’t waste your
time”. Destaca por otra parte la poca participación de Wurzel, que sólo
firma los solos de dos temas. Pronto se sabría la razón. Wurzel ya está
cansado de estar en una banda de rock, prefiriendo estar más tiempo con su
familia, abandonando Motörhead justo al finalizar la grabación de
“Sacrifice”, que por cierto saldría en los Estados Unidos de la mano de CMC.
La
baja de Wurzel era realmente seria, ya que era un guitarrista perfectamente
acoplado a Motörhead, además de ser muy querido por los fans. Quizá por eso
Lemmy, Phil y Mikkey decidieron no sustituirle, por lo que a partir de ese
momento Motörhead volvía a ser un trío después de once largos años. Por su
parte Wurzel abandonaría casi por completo la música, uniéndose más tarde a
algún que otro proyecto (Warhead) y bandas locales de punk y rock. En 1997 lanzó
un disco en solitario de música ambiental, “Chill Out Or Die”, muy alejado
de los parámetros heavy metaleros. Parece ser que su salida del grupo provocó
más de una discusión (con Lemmy principalmente) y nunca ha vuelto a aparecer
sobre el escenario con Motörhead en aniversarios o eventos parecidos.
La
gira transcurrió perfectamente (acompañando durante un buen numero de fechas a
Black Sabbath - entonces con Tony Martin, Iommy, Cozy Powell y Neil Murray - ).
El nuevo trío era tan potente como siempre y la baja de Wurzel resultó menos
dramática de lo esperado. Tras la gira, los recién cumplidos 50 años de Lemmy
fueron celebrados por todo lo alto con una gran fiesta en Los Ángeles, donde
los mismísimos Metallica (disfrazados todos bastante cómicamente de Lemmy)
tocaron un reducido set de clásicos de la banda de Lemmy (“Overkill”,
“Damage case”, “Stone dead forever” y “Too late too late”; estas
grabaciones se pueden encontrar en diversos singles de Metallica así como en su
disco “Garage Inc.”), y recibiendo felicitaciones de celebridades como
Madonna (¿?).
Tras
el éxito de “Sacrifice” la banda no se durmió en los laureles y pronto
volvió con otro trabajo. “Overnight Sensation” (1996) constituye otro buen
trabajo de la banda, donde se nota que Phil Campbell cuenta con más peso
compositivo, profundizando en su aspecto más metálico. Un detalle curioso es
que en la portada aparecen los miembros de la banda, cosa que no ocurría desde
hacia 15 años (desde la edición de “No sleep til Hammersmith”). Analizando
profundamente el disco, encontramos grandes ideas que evitan que el sonido del
grupo caiga en la estancación, destacando “Civil war”, “Eat the gun”
(canción contra las actuales leyes sobre armas de Estados Unidos), un agradable
medio tiempo con acústicas llamado “Listen to your heart” o “I don’t
believe a word”, otro medio tiempo no tan optimista como el anterior. Pese a
que “Overnight sensation” poseía tanta calidad como sus predecesores, y a
que las críticas fueron muy favorables, no tuvo demasiado impacto
comercialmente hablando, aunque disco a disco Lemmy, Phil y Mikkey se encargaban
de demostrar que Motörhead no era una banda de nostalgia. El posterior tour
sirvió para visitar más rincones del globo aun inéditos para la banda, como
Rusia.
Y
“Snake bite love” (lanzado en la primavera de 1998) no hizo más que
reafirmar la idea de que Motörhead estaban más vivos que nunca, aunque la
falta de presupuesto y tiempo les hizo la misma jugada que en la grabación de
“Rock'n'Roll”. Los miembros del grupo siempre afirman al hablar sobre este
disco que con un par de semanas más el disco hubiera sido mucho mejor. Esta
falta de tiempo se nota en la inclusión de alguna canción realmente mala
(“Night side”, de las peores de la banda, sin duda alguna) o de grandes
ideas que daban la impresión de no haberse pulido del todo, como “Assassin”
(donde aun así podemos disfrutar de una soberbia interpretación de Mr. Dee).
Esto no quiere decir ni mucho menos que el disco sea malo, y ahí está el
musculoso riff de “Love for sale”, el divertido riff de “Snake bite love”
o la caña de “Better off dead” para demostrarnos lo contrario.
La
gira posterior (que pasó por España, tocando en el ahora desaparecido festival
Menorrock) no sólo valdría para dejar maltrechos de nuevo los oídos de miles
de fans, sino también para sacar a la venta un nuevo disco en vivo, grabando
para ello la descarga realizada en “The Docks” de Hamburgo en mayo de 1998.
El producto resultante, “Everything louder than everybody else” (1999),
totalmente libre de overdubs y “trucos” similares (en Internet se pueden
encontrar piratas de ese día, y os puedo asegurar que suenan exactamente igual,
salvando la calidad de la grabación) es para muchos de sus seguidores (entre
los que se incluye un servidor) el mejor de todos sus discos en directo. Todo el
espíritu, las sensaciones, la fuerza que se puede sentir en un concierto de la
banda se puede sentir en este doble CD repleto de clásicos y nuevos himnos,
incluyendo temas nunca o raramente interpretados como “On your feet or on your
knees” o “Lost in the ozone”. Desde el primer obús, “Iron fist”,
hasta el último, el apoteósico final con “Overkill”, es realmente
apasionante. En el libreto del CD podemos encontrar además diferentes
dedicatorias de grupos como Metallica, The Ramones, Anthrax, Pantera, Overkill o
Judas Priest reconociendo la grandeza de la banda y en muchos casos su clara
influencia (“Si no fuera por Motörhead, no habría Metallica”, sentencia
Lars Ulrich). Tras la gira europea saltarían el charco para recorrer NorteAmérica
formando parte del festival itinerante de Ozzy, el Ozzfest.
Tras
la edición del directo la banda se tomaría un breve pero merecido descanso
para volver en el año 2000 con otra rodaja llena de buen rock'n'roll. “We are
Motörhead”, como se dio a conocer el nuevo trabajo, era, otra vez, otro fantástico
disco que despedía al segundo milenio con una buena dosis de potencia rockera.
Diez furiosos cortes a toda velocidad en la mejor tradición Motörhead (con la
salvedad de la cruda balada “One more fucking time”), incluyendo una magnífica
versión del corrosivo himno de los Sex Pistols “God save the Queen”, que
sirvió como presentación del nuevo disco, grabando un divertido vídeo que
incluía a la Reina de Inglaterra haciendo headbanging. Esta vez la producción
se repartió entre la banda, Bob Kulick, Bruce Bouillet y Duane Barron,
sustituyendo a Howard Benson, que se había encargado de los controles desde
1993. Destaca el último tema, “We are Motörhead”, un “auto-plagio” de
canciones como "Ace of spades" o "Motörhead" con una letra
donde Lemmy lo deja todo claro...¡llegaron los primeros y serán los últimos
en caer!.
Mientras
la banda estaba de gira por Estados Unidos salió a la venta “The best of Motörhead”,
una compilación bastante correcta de clásicos de la banda y rarezas varias
(como la versión original de “Motörhead” por Hawkwind o la versión de
Girlschool del clásico “Bomber”). Salió en dos formatos, doble CD y versión
limitada en triple LP, siendo más interesante este último, ya que aparte de
estar numerado y de tener una portada diferente (realizada expresamente por Joe
Petagno para la ocasión) contenía un EP en directo con 4 temas grabados en las
mismas noches que el mítico “No sleep til’ Hammersmith” (los temas en
cuestión son “Fire fire”, “Bite the bullet / The Chase is better than the
catch”, “Shoot you in the back” y “The hammer”). Estos temas aparecen
también en la reciente reedición en doble CD del célebre directo. Además,
Lemmy deleitó a sus seguidores más rockeros con el disco “Lemmy, Slim Jim
& Danny B” (como el propio título indica, junto a Slim Jim Phantom, batería
de Stray Cats y Danny Harvey, un prestigioso guitarrista y bajista de la escena
rockabilly), regalándonos unas cuentas versiones de clásicos de Buddy Holly,
Elvis, Jimmy Reed y Johnny Cash, además de colaborar con Doro Pesch en su
“Calling the wild”. Todo un ejemplo de hiperactividad, que no mucho más
tarde le pasaría factura. Si esto no era ya suficiente, debemos añadir a la
lista el documental realizado por Peter Semple, titulado simplemente “Lemmy”,
grabado en Hamburgo durante la última gira.
A
finales de año se celebró un gran acontecimiento: el vigesimoquinto
aniversario de Motörhead. No se cumplen 25 años todos los días, por lo que se
preparó un gran concierto en Brixton Academy, en Londres, con multitud de
invitados especiales: la rubia germana Doro Pesch, Withfield Crane, Brian May,
Ace de Skunk Anansie y Eddie Clarke, que demostró que aunque en su cara se
notaban los 18 años desde que se marchó sus dedos tenían la magia de siempre.
Aunque el invitado más especial no era de carne y hueso, sino de metal. El mítico
bombardero había vuelto para sobrevolar otra vez los escenarios. Había sido
reconstruido para la ocasión, con más luces que en los primeros 80,
proporcionando el toque mítico perfecto para la ocasión.
El
tour siguió a un ritmo frenético que Lemmy no pudo seguir. El tramo de gira
que recorría Europa del Este consistía en 39 conciertos en solo 45 días,
provocando que Mr. Kilmister, que ya no está en sus años mozos precisamente,
caiga totalmente exhausto. Pese a su insistencia, los médicos le obligan a
parar, dado que su vida podría correr peligro. La gira tuvo que suspenderse,
reanudándose meses más tarde, en el verano del 2001. Antes, sin embargo,
aprovecharían para grabar “The game”, una nueva canción por encargo de la
World Wrestling Federation, como himno de batalla para el luchador Triple X.,
presentándola frente a miles de personas en uno de los eventos de esta
organización. Gracias a este tema y a la inclusión de “Ace of spades” en
la banda sonora del videojuego “Tony Hawk’s Pro Skater 3” la popularidad
de los bastardos se reactiva considerablemente en América, volviendo a cobrar
cierto protagonismo y atención por parte de los medios, además de abrir su música
a una nueva generación de fans.
En
el verano del 2001 la banda volvió a los escenarios tocando en varios
festivales europeos, destacando el prestigioso Wacken Open Air, encabezando el
cartel con el famoso bombardero (junto a los británicos Saxon, que exhibían su
también mítica águila) donde contaron con la colaboración de Nina C. Alice
(cantante de Skew Siskin) durante “Born to raise hell”. Tras unas cuantas
fechas más en la costa oeste de Estados Unidos, la banda se encierra en el
estudio para preparar un nuevo lanzamiento.
Para
satisfacer las ansias de material nuevo saldría en ese misma Navidad un
excelente DVD. “Boneshaker – 25 and alive” era la mejor forma de celebrar
con los fans el 25 aniversario de la cabeza motorizada. Este título contiene el show completo de Brixton de un año atrás, 4
temas de la actuación de Wacken, video clips, entrevistas... sin duda alguna un
completísimo DVD que hizo las delicias de los seguidores del grupo.
La
espera para el siguiente disco fue breve, y en abril del 2002 apareció el hasta
ahora último lanzamiento de las huestes de Lemmy. “Hammered” (producido por
Tom Panunzio) es un paso adelante en la dirección musical del trío. No tan
frenético como “We are Motörhead” pero más variado y repleto de temas
realmente buenos, desde la contundente y velocísima “Red raw” hasta la
tranquila “Down the line” pasando por originales temas como “No remorse”
o “Walk a crooked mile”. La última pista del CD, “Serial killer”,
cuenta con la amenazadora voz del luchador Triple X, mientras que en “Mine all
mine” Dizzy Reed (Guns N'Roses) echa una mano con el teclado. El CD salió en
tres formatos, la edición normal, una edición limitada para Europa conteniendo
“The game”, “Shoot you in the back” y “R.A.M.O.N.E.S.” (estas dos últimas
grabadas en el Wacken Open Air) además de un vídeo de 15 minutos con imágenes
del DVD “Boneshaker”, y una edición limitada para EEUU con “The game” y
una versión en directo de “Overnight sensation”. “Brave new world” fue
elegido como single, grabándose un vídeo para la ocasión.
El
nuevo álbum es uno de los más exitosos de los últimos años, al igual que la
gira, donde se aprecia un aumento del publico atraído. Los teloneros en los USA
fueron Morbid Angel y Speedealer mientras que en Europa la mayoría de las
fechas fueron realizadas junto a Anthrax. En España la gira resultó todo un éxito,
con afluencias de publico realmente buenas en Barcelona, Bergara, Madrid,
Granada, Santiago de Compostela y Valencia.
Durante
la gira apareció a la venta “White line fever” (editado por Simon &
Schuster Publishing), la autobiografía de Lemmy donde nuestro hombre nos relata
en clave de humor toda su vida, especialmente plagada de anécdotas y del ácido
humor del que Lemmy siempre ha hecho gala, explicándonos se particular visión
del mundo.
Y
hasta el momento, esto es todo. Lemmy se encuentra actualmente realizando
colaboraciones con varios artistas (Dave Grohl de Foo Fighters, The Damned)
mientras que Mikkey ha grabado el nuevo álbum de Helloween y ha salido de gira
con la estrella techno sueca E-Type. Pero la banda retomará la actividad
pronto, ya hay fechas confirmadas para diversos festivales europeos y ya se
empieza a hablar de un nuevo disco, siguiendo el frenético ritmo impuesto desde
principios de los 90 (8 discos, 1 directo, 1 recopilatorio y 1 DVD en 12 años,
con sus giras correspondientes). ¿Retirada? Como ya ha comentado Lemmy en más
de una entrevista, aún no es momento de pensar en eso. Motörhead disfruta de
una segunda juventud y de un estado de gracia excepcional. DISCOGRAFIA:
Motorhead - 1977 - Motorhead (Remastered 2001)
Motorhead - 1979_1 - Overkill (remastered 1996)
Motorhead - 1979_2 - Bomber (Remastered 2005 - 2CD)
Motorhead - 1979_3 - On Parole
Motorhead - 1980 - Ace Of Spades
Motorhead - 1982 - Iron Fist (1996)
Motorhead - 1983 - Another Perfect Day (1991 Re-issue)
Motorhead - 1986 - Orgasmatron (1997 Re-issue)
Motorhead - 1987 - Rock 'N' RoLL
Motorhead - 1991 - 1916
Motorhead - 1992 - March Or Die
Motorhead - 1993 - Bastards
Motorhead - 1995 - Sacrifice
Motorhead - 1996 - Overnight Sensation
Motorhead - 1998 - Snake Bite Love
Motorhead - 2000 - We Are Motörhead
Motorhead - 2002 - Hammered
Motorhead - 2004 - Inferno
Motorhead - 2006 - Kiss Of Death (Limited Edition)
Motorhead - 2008 - Hit Collection
Motorhead - 2008 - Motorizer
Motorhead - 2011 - The World is Yours
2013
02. Coup De Grace
03. Lost Woman Blues
04. End Of Time
05. Do You Believe
06. Death Machine
07. Dust And Glass
08. Going To Mexico
09. Silence When You Speak To Me
10. Crying Shame
11. Queen Of The Damned
12. Knife
13. Keep Your Powder Dry
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