viernes, 8 de marzo de 2013

SEPULTURA


Max, nacido el 4 de agosto de 1969, un año antes que su hermano, en Bello Horizonte (la tercera ciudad más poblada de Brasil) animó a Igor a descargar sus frustraciones haciendo un ruido similar al que había oído escuchando a Slayer en una importante tienda de discos de Sao Paulo. Igor se dedicó en un principio simplemente a golpear unos cubos de basura. Todo esto pasaba cuando contaban con 13 y 14 años de edad.

Al proyecto, por llamarlo de alguna manera, se les empezaron a unir de forma esporádica vecinos de la zona que iban conociendo y a los cuales les atraía la idea. Uno de estos vecinos resultó ser Paulo, que rápidamente atrajo la atención de los hermanos Cavalera sobre todo por el bajo eléctrico que este tenía, algo que muy pocos se podían permitir en ese lugar. Hasta el momento sus aspiraciones eran nulas ya que su único objetivo era montar jaleo y pasarlo bien simulando actitudes punk y divirtiéndose al máximo.

A pesar de sus intenciones decidieron empezar a buscar a un guitarrista que se uniese a ellos de forma fija para poder realizar alguno que otro concierto. Jairo T fue en un principio quien se encargaría de cubrir aquella vacante en un grupo que empezó a darse a conocer con su actual nombre, Sepultura (muy apropiado para definir toda esa confusión sonora). En aquel momento el equipo con el que contaban era de lo más barato. Igor como batería contaba con tan sólo un bombo de pie, una caja y un platillo. Pero a pesar de la patética imagen que ofrecían con esos trastos, los dueños de una tienda de discos, después de verles acompañando a un grupo llamado Overdose en lo que por lo que cuentan fue una actuación de lo más pobre y triste, se interesaron por ellos y les propusieron grabar un disco compartido con Overdose. La tienda de discos en cuestión se llamaba Cogumelo.

El resultado final fue un LP titulado Bestial Devastation que ya sólo con el título queda descrito todo el contenido. Los de Sepultura grabaron en ese disco cinco temas, uno instrumental, del que no salieron muy bien parados por el sonido con el que quedó. De todos modos, aquella desafortunada grabación supuso el primer paso de su carrera discográfica.

Tras su primera grabación empezaron a ofrecer conciertos fuera de la zona donde ellos vivían y, después de ver la aceptación que tuvieron por los lugares que recorrieron, descubrieron que tenían posibilidades, aunque claro está, nos referimos a un público minoritario capaz de digerir las descargas de Sepultura. Llegaron a realizar conciertos por gran parte de su país de origen, Brasil, tocando en sitios tan importantes, sobre todo para ellos, como Sao Paulo, lugar donde precisamente una vez terminados los conciertos grabaron Morbid Visions, con una calidad de sonido tan pésima como la de Bestial Devastation..

La situación de los miembros de Sepultura todavía era muy precaria en todos los sentidos, tanto musical como económicamente, y su falta de preparación todavía les impedía conseguir buenos resultados. Pero justo después de conseguir entrar en un cartel importante, entonces haciendo de teloneros de Venom y de Exciter ante un gran número de personas, ideal para darse a conocer y empezar a preparar su siguiente disco, el guitarrista Jairo T empezó a fallarles dejando de acudir a varios ensayos. Esta falta de interés del guitarrista hizo que tuvieran que acabar echándolo del grupo y seguidamente, para reemplazarlo, aprovecharon a Andreas Kisser, al que conocieron durante un concierto ofrecido en Sao Paulo y que en principio iba a ser el guitar-roadie. La incorporación de Andreas se produjo poco antes de sacar Schizophrenia, aunque le dio tiempo de ensayar y participar en la grabación del disco.

El lanzamiento de este disco les impulsó a lanzarse a la búsqueda de una discográfica que estuviese interesada en ellos, para lo cual decidieron plantarse en Nueva York a probar suerte, pero no pudieron encontrar a nadie que se decidiese a ficharlos. Por fin se toparon con un directivo de Roadrunner que les proporcionó un contrato discográfico. Ese contrato lo firmaron con tan sólo 18 y 20 años y era la primera vez que compartirían un disco con un productor, que en este caso fue Scott Burns.

Este disco, conocido por Beneath the Remains, fue grabado en 1989 en los Morrisound Studios y se podría definir como un disco lleno de furia y con un sonido muy elaborado, algo que sin duda lo diferencia del resto. Al finalizar el disco la banda se tuvo que trasladar a Sao Paulo para poder estar más en contacto con los medios de comunicación. Este disco resultó definitivo para la banda ya que se empezaron a vender miles de copias y su fama empezó a subir rápidamente. Por primera vez entraron en tierras europeas para ofrecer, generalmente como teloneros, sus potentes conciertos. A continuación realizaron gira por la Costa Este de los Estados Unidos, México y Buenos Aires. Y tras esto, nuevamente retornaron a Europa pero esta vez en conciertos más importantes y como cabezas de cartel para demostrar su valía. Debido a su notable éxito se reeditó Schizophrenia con una canción extra "Troops of Doom" para consolar las ansias de Sepultura de los nuevos fans.

De nuevo, la banda tuvo que volver otra vez a los estudios Morrisound para empezar a componer otro de sus trabajos, que seguiría contando en la producción con Scott Burns. Definitivamente este disco, el cuarto de su carrera, los situó como un grupo de primera fila dentro de su estilo. Arise, el disco en cuestión, se caracterizó por un estilo más lento y más intenso que sus antecesores. Con Arise, recibieron las primeras presiones por parte de su ya establecido público y la prensa, que como habitualmente sucede en los casos en los que se cuenta con cierto prestigio, es la primera que puede decidir el futuro de un grupo de música. Por parte de los de Roadrunner, una vez terminada la grabación, al no estar satisfechos del todo del resultado final, enviaron la grabación a Andy Wallace para que la retocase y le pusiera su toque personal. En la etapa de Arise tuvieron una experiencia inolvidable al tocar para 100,000 personas en el estadio de Maracaná en el Concierto de Rock In Rio. Una vivencia de lo más especial al estar en un cartel junto a Guns 'n' Roses y ser vistos por televisión para una audiencia de más de 540 millones de personas. En la gira de Arise al pasar por Barcelona aprovecharon para grabar un directo del cual se vendieron 75.000 copias.

Con la edición de su quinto álbum, la banda reforzó su reconocimiento y seguramente, por el simple hecho de ser más famosos, algunos de sus seguidores empezaron a renegar sobre ellos. Con Chaos A.D., algunos de sus fans declararon que Sepultura se había vendido, sin embargo, no tiene sentido comparar su trayectoria a la de Metallica porque su estilo sigue siendo "no apto para todos los públicos". Este disco, grabado en 1993, tenía curiosidades como la introducción, en la que pueden escucharse los latidos del que iba a ser hijo de Max y su mujer, a la vez mánager del grupo, Gloria. Además, aparece una versión del "Hunt" de New Model Army, la colaboración en la elaboración de la letra de la brutal "Biotech is Godzilla" de Jello Biafra (ex-Dead Kennedys) y sorprende encontrarse con "Kaiowas", una canción acústica.

En la actualidad, nos encontramos con el difícilmente superable Roots. Opiniones habrán de todo tipo, a causa sobre todo de los nuevos caminos explorados por los brasileños, pero los nuevos sonidos incorporados en su último trabajo son impecables. Su particular colaboración con la tribu Xavantes, de la selva amazónica, dan un toque muy especial a su disco, propio de músicos con ansias de descubrir nuevos sonidos aunque de nuevo, como suele pasar en estas ocasiones, siempre habrá una serie de incondicionales que dejen de serlo por esta serie de experimentos musicales. De todas formas, si así es, peor para ellos.



El disco comienza con la mejor canción, "Roots Bloody Roots", que contiene unos ritmos de batería y percusión que presentan ciertas influencias de la música popular brasileña, tal y como ellos reconocen. "Ratamahatta" es otra genial composición en la que interviene Carlinhos Brown, famoso percusionista, a la voz haciendo dúo con Max Cavalera de forma increíble. En casi todas las canciones existe un trasfondo político que está directamente ligado con las vivencias, sentimientos y creencias del grupo. En "Ambush", por ejemplo, se habla de Chico Méndez, un activista sudamericano caído en la selva del amazonas. En la mayoría de canciones destaca el trabajo de Igor: cantidad de ritmos suenan continuamente en Roots. En "Jasco" Andreas enseña una nueva faceta tocando la guitarra acústica para introducir el siguiente tema, "Itsári" (raíces). Como se ve es un disco basado en una misma idea resumida en su título -raíces-. En definitiva, Roots es de lo más recomendable, sobre todo para quien nunca haya escuchado nada de este grupo.
Personalmente pienso que sepultura se acabó cuando Max se fue.

                                                                     

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