lunes, 25 de marzo de 2013

DEATH ANGEL "THE ULTRA - VIOLENCE"


El caso de la banda californiana de origen filipino Death Angel es uno de los más singulares dentro de la escena metálica. Para unos han sido desgraciadamente infravalorados y, para otros, todo lo contrario y con una trayectoria llena de altibajos. Sea como fuere, a día de hoy, dos años después de su reunión a partir de aquel concierto benéfico para ayudar a la lucha contra el cáncer, organizado por Chuck Billy, el nombre de Death Angel sigue viniendo a la mente de todos los seguidores del thrash de la vieja escuela. Ese enfrentamiento de opiniones también se refleja en los comentarios sobre este “The Ultra-Violence”, benerado por unos y criticado por otros.
Death Angel se funda a principios de los 80 con Mark Osegueda a la voz, Rob Cavestany y Gus Pepa a las guitarras, Dennis Pepa al bajo y Andy Galeon a la batería. Un combo bastante curioso ya que a todos sus componentes les unen lazos familiares, con un Andy Galeon que contaba con únicamente 11 años (!!!) en el momento de la formación de la banda y únicamente 15 cuando este disco que nos ocupa es editado. Son estos cinco músicos los que graban las dos primeras demos de la banda, “Heavy Metal Insanity” y “Kill As One”, producida por nada menos que Kirk Hammet y que se ha convertido en objeto de culto entre los fans de los californianos. Esta demo es el preludio de “The Ultra-Violence”, su debut en formato largo.
Después de un rápido ascenso, ganado a pulso en locales de medio pelo, muchas horas de carretera y otros dos sobresalientes trabajos de estudio (“Frolic Through The Park” y “Act III”, para muchos, mejores que este), un accidente del autobus en el que giraban daña seriamente a Galeon en 1991 y al poco tiempo Osegueda decide dejar la música. Death Angel caería a la lona por primera vez para volver a la carga años más tarde con diferentes nombres como The Organization o Swarm.

“Thrashers” es el corte encargado de abrir el fuego y podría resumir bastante bien lo que nos espera en los cortes siguientes: riffs, riffs y más riffs. Riffs supersónicos, riffs afilados, riffs sangrantes, riffs de locura, riffs de desesperación. Ese el mayor valor de este disco, junto a la desgarrada y agónica voz de Osegueda, aunque este primer tema está registrado vocalmente por Dennis Pepa. Durante casi ocho minutos, Death Angel nos llevan a su mundo insano y depravado de la mano de las poderosas doce cuerdas de Cavestany y Gus Pepa que van disparando riffs con la una base rítmica a la que le cuesta mantenerse a flote ante la avalancha eléctrica de los hachas. En cualquier caso, es uno de los cortes mejor ejecutados por el pre-adolescente Galeon.
Tras “Evil Priest” y “Vodacious Souls” en los Osegueda nos trasmite esa mezcla de locura, desesperación y violencia con una portentosa demostración vocal, llega otro de los puntos calientes del lp, el agresivo “Kill As One”, al que le falta quizás la parte progresiva que sí tiene “Thrashers” pero que suena tremendamente compacto, con unos riffs escalados de los que rompen cervicales y una sección rítmica con más aplomo. Quizás el solo final de Cavestany podría haber sido más brillante para haberle dado un gran final a este enorme corte, pero hay que recordar que la banda está compuesta por adolescentes, siendo menores de edad la gran mayoría.
Y en el quinto surco llega lo que es la gran joya de esta placa: “The Ultra-Violence”. Un instrumental de más de 10 minutos, intrincado y retorcido que nos transporta una vez más a ese mundo depravado y apocalíptico creado por el combo a base de cambios de ritmo, riffs cortantes, y solos de gran calidad técnica. Ahora sí es difícil comentar los altibajos, ya que toda la composición raya a un gran nivel recordándonos por momentos a otros clásicos instrumentales como “Orion”. Uno de los grandes temas del thrash sin ningún tipo de duda.
“Mistress Of Pain” es otra perla regida por el mismo patrón de velocidad y técnica, un thrash acelerado y machacón en el la instrumentación solo se toma un respiro para que Osegueda se desgañite y nos escupa los versos a la cara.

Hay quien considera que el debut de los filipino-americanos es un disco bastante mediocre dentro del thrash de la Bahia y que “Act III” sí reune elementos y calidad suficiente para ser más destacado que “The Ultra-Violence”. Pero lo que falta a este lp en composición e incluso en ejecución, lo gana en espíritu. Es un disco en el que cinco adolescentes se dejaron el alma y, lo que es mejor, supieron plasmarlo a lo largo de los ocho cortes. Un disco irrepetible que trasmite furia, locura, depravación, violencia y maldad en el que brillan la voz enfermiza de Osegueda y la precisión supersónica de Cavestany.




                                                                 

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